Por David Uriarte

 

Una cosa es la prudencia y otra cosa el hartazgo, el Doctor Rubén Rocha Moya, desarrolló una habilidad extraordinaria para respetar, tolerar, incluso aceptar las diferencias políticas, ideológicas y de grupos, su experiencia es la suma de circunstancias primero en el área académica, después en la responsabilidad administrativa y conductora de los destinos de la UAS.

Como curso propedéutico para su llegada a la gubernatura de Sinaloa, se mantuvo en las entrañas del Gobierno, con información administrativa, operativa, y política de primera mano; resultado de su desempeño fue requerido al gobierno federal.

Después se desempeñó como Senador de la República en la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, donde presidió la Comisión de Educación para regresarse a la gubernatura de Sinaloa.

Es cierto que tiene 73 años, Biden, presidente de los Estados Unidos tiene 79 años, es decir, la edad se convierte en un colchón de experiencia y sabiduría, aunque a muchos no les guste reconocer la edad como virtud del tiempo.

Al primer año de su recorrido por la gubernatura, se puede hacer un recuento dinámico de su administración, dos áreas evidentemente movidas: su gabinete y su política.

Los movimientos, algunos estratégicos y otros obligados, hacen que los empleados de confianza entiendan que sus trabajos tienen fecha de caducidad.

Para los que pensaban que Rocha no golpeaba la mesa y no tomaba decisiones radicales, el mensaje llegó más pronto que tarde, y algunos presumidos de su amistad y cercanía ya están en calidad de desempleados, con riesgo de ser llamados a declarar por las autoridades fiscalizadoras del desempeño y el uso de los recursos públicos.

En el terreno político, el Gobernador busca mantener el control y la gobernabilidad, la operación del poder legislativo para desaforar al presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, fue el primer signo de que las cosas van en serio… tan en serio que el “Químico” Benítez entendió el mensaje y se disciplinó.

El gobernante no es una figura decorativa, es responsable del desarrollo económico, social, cultural, de la salud, educación y seguridad de los sinaloenses, no puede darse el lujo de permitir el desorden en ninguna tarea sustantiva de su gobierno.

Hay mucho que contar, sobre todo cuando se ve un proyecto político fortalecido por el carácter del gobernador Rocha.