Por David Uriarte /

Ante el repunte en el número de casos de COVID-19 en México, Sinaloa registra cerca de dos mil casos activos; es la llegada de la quinta ola de contagios.

Nunca se sabe con exactitud cuál será el pronóstico, lo que si se sabe es que poco a poco el número de infectados aumenta, poco a poco los hospitalizados también, todo indica que la variante actual no es tan letal, sin embargo, no hay que bajar la guardia.

Los niños, los no vacunados, y los que padecen comorbilidad o pertenecen a los grupos vulnerables, son los que aportarán el mayor número de casos; eso no significa que las personas sanas, jóvenes, e incluso con el esquema completo de vacunación incluyendo los refuerzos, no puedan volverse a infectar.

Otra vez, aquellos con un sistema inmune fuerte, no serán blanco del virus, serán asintomáticos, o con síntomas leves, por eso la importancia de la alimentación, el ejercicio y una salud mental propositiva que mantenga el estado de animo arriba, son condiciones importantes para blindarse del virus.

Después de terminada la cuarta ola de la pandemia, muchas personas siguen aisladas víctimas del miedo, ansiosas o deprimidas por las pérdidas de seres queridos o amigos. Otras personas, aunque no se han infectado o no han enfrentado perdidas, son susceptibles por su perfil temeroso ante una realidad que no se puede esconder.

Por eso, hay que recordar que la inmunidad de rebaño es la mejor solución en las pandemias, esto significa que la mejor inmunidad es la que se produce por el contacto con el virus; finalmente no se puede vivir aislado o como astronauta, no se puede convertir la calle en un quirófano, hay que guardar las medidas sanitarias básicas para prevenir el contacto hasta donde sea posible.

Lo mejor es salir, convivir, en una palabra, exponerse al virus para poner a prueba el sistema inmune y si este está reforzado con la vacuna; mejor.

El problema en las pandemias no es en sí misma la infección, es la incapacidad de los sistemas de salud pública para atender el número de infectados, es decir, si hay el número de médicos, enfermeras, materia, equipo, oxígeno y medicamentos, así como las camas suficientes para los pacientes y los espacios necesarios para los enfermos graves o de terapia intensiva, realmente las cosas no pasarían a la categoría de catastróficas.

Por eso, apúrate a salir antes que las autoridades lo prohíban.