Por David Uriarte /

Mientras no exista evidencia de las motivaciones de los autores materiales e intelectuales, de la forma de operar la desaparición de los normalistas, todo serán especulaciones, intenciones de resolver el rompecabezas, datos aislados, información sesgada, un conocimiento a media, incluso, alguien podría pensar en dos cosas; la impunidad y la corrupción.

Sin duda, una de las marcas fatales del gobierno de Peña Nieto, fue el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, sin duda también, una de las esperanzas de los familiares de los desaparecidos fueron los cien compromisos del presidente López Obrador, precisamente en el pronunciamiento 89, “Se investigará a fondo la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa; se conocerá la verdad y se castigará a los culpables”.

El compromiso es, investigar a fondo la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa; se conocerá la verdad y se castigará a los culpables, el estatus del compromiso es “en proceso”, y las acciones realizadas son:

El 4 de diciembre se publicó en el DOF el decreto por el que se crea la Comisión de la Verdad y se instruye establecer condiciones materiales, jurídicas y humanas efectivas, para fortalecer los derechos humanos de los familiares de las víctimas del Caso Ayotzinapa.

El 15 de enero se estableció la Comisión de la Verdad, presidida por Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.

El 26 de junio de 2019 se publicó en el DOF el acuerdo por el que se crea la Unidad Especial de Investigación y Licitación para el Caso Ayotzinapa.

Recientemente, el 18 de agosto de este año, al presentar el informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, dio a conocer que la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fue un crimen de Estado donde participaron autoridades federales, estatales y locales.

Los familiares no están conformes y exigen pruebas no conjeturas, evidencias no hipótesis… “No hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentran con vida”, es la conclusión del subsecretario Encinas; alguien podría preguntar ¿De qué sí hay evidencia? Pero también, alguien podría pensar ¿Cuál es la diferencia entre Murillo Karam y Alejandro Encinas?