Por David Uriarte / 

 

Entre lo fortuito y lo planeado, la diferencia es la voluntad y la conciencia. El escandaloso tránsito de México por la vía de acceso a la democracia se ha convertido en un ejemplo de lo que no hay que hacer.

Hoy decía el presidente López Obrador en su conferencia matutina “yo defino al neoliberalismo como sinónimo de corrupción”. Mientras unos definen al neoliberalismo como la palanca de desarrollo y la interconexión al mundo global, otros simplemente opinan diferente a tal grado de pensar que neoliberalismo es igual a corrupción.

En lugar de caer en análisis polarizados, mejor veamos números y realidades de las principales variables que componen un país con desarrollo humano según los criterios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): empleo, educación, salud y seguridad.

La comparación es injusta al evaluar 36 años de neoliberalismo contra diez meses del nuevo régimen o esquema de gobierno, sin embargo, el análisis se puede proyectar en cada una de las variables referidas.

Por ejemplo, ingreso per cápita, ¿los asalariados tienen más capacidad de compra hoy que hace diez o veinte años? No se habla de cantidad de ingreso sino de capacidad de compra, es el verdadero análisis que puede hacer cualquier ciudadano incluyendo los “Ninis”.

El acceso a la educación desde preescolar hasta la profesional, ¿será mejor en este nuevo régimen? En lo relativo a la salud, la infraestructura, equipo, y recursos humanos, ¿está mejor hoy que hace un cuarto de siglo? La respuesta no puede ser inducida ni sesgada por intereses de ningún tipo, mejor hay que observar la realidad.

Si hay mucho que evaluar sobre la economía, la educación y la salud, igual o más hay que analizar sobre la percepción se seguridad pública. Hablando de México y su seguridad, ¿Cuál crees que es el lugar más seguro para tu familia? La seguridad es un abanico de condiciones, a veces sólo se piensa en la integridad física o la preservación de la vida, sin embargo, hay que considerar la seguridad jurídica de los bienes, la seguridad social, y por supuesto la seguridad pública. Evaluar sin pasiones y sin prejuicios es decir la verdad.