La época de navidad, señalan algunos expertos en mercadotecnia, suele ser una temporada de comercialización mayormente por efectos psicológicos donde intervienen aspectos como el sentimiento hacia las personas y culturalmente se tiene la costumbre del gasto, explicó especialista en mercadotecnia.

El maestro Octavio Chiquete Avilés, de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) señaló que esta práctica deriva a su vez de situaciones religiosas y prehispánicas, y que ya se han quedado al pasar de los tiempos.

En este sentido, abonando a los comportamientos de compras de los consumidores por las fechas señaladas, Chiquete Avilés detalló que el consumidor sinaloense, específicamente, se encuentra clasificado por consumidor analista e impulsivo, siendo la segunda clasificación la mayormente denotada en los sinaloenses.

“Específicamente nuestras compras no son racionales, por eso los mercadólogos los denominamos compradores impulsivos a los culiacanenses, (…) nuestras emociones se manifiestan con un aspecto racional y religioso, y en este sentido las estrategias de venta de los empresarios redundan en una economía temporal creciente”, aseguró.

Y es que el sinaloense puede tener fiesta todo diciembre y por ende se necesitan de insumos para llevarlas a cabo, en ese nacimiento de necesidad, es que las estrategias de comercialización salen a flote, ya que además hay demasiado flujo de efectivo por el beneficio del aguinaldo.

Entonces, una vez clasificados los sinaloenses, en específico los culiacanenses, surge la cuestión, qué género gasta más en esta época navideña, pues a decir de Octavio Chiquete Avilés, el hombre es más de acción y compra impulsivamente lo que necesita, sin embargo, las mujeres compran también por impulso y con un sentimiento mayormente de emoción por el gasto.