Por David Uriarte

 

Ya se está cocinando el platillo fuerte de la sucesión gubernamental 2021, los ingredientes requieren mucho cuidado en la selección y los cocineros mucha astucia en la mezcla.

Todo indica que será un platillo hibrido, es decir, agridulce, tendrá la rispidez que exige el paladar del votante actual, pero la dulzura seductora de la promesa esperada por todos: pero primero los pobres.

Los ayudantes ya le atizan al horno, buscan la mejor leña para mantener la temperatura ideal, ojalá no se atraviese una lluvia que moje la leña o un aire que disperse los condimentos.

Entre los adivinos, los inventores, los maquiavélicos, y los interesados, se esconde la realidad del poder político sexenal en Sinaloa.

Atención especial merecen los promotores de encuestas, los que mandan hacer un traje a la medida, donde de la nada, aparecen punteando las preferencias electorales; son los más conocidos, los más simpáticos, los más posicionados, casi casi están en la antesala de la silla del poder político electoral.

Los que le saben a la política, hacen calistenia desde muy temprano, se ponen los tenis de la socialización, el pants de la presencia mediática, y algo poco usual en el pasado reciente, buscan desaparecer de la lista nominal del partido A, para inscribirse en la lista nominal del partido B.

Los protocolos y disciplina partidista, más las exigencias de las autoridades electorales, construyen escenarios diferentes. Por eso, vemos priistas adorando al morenismo, panistas coqueteando con los priistas; priistas observando a partidos locales, petistas buscando un rinconcito de apoyo, y así por el estilo.

Las convicciones partidistas se han convertido en historia, y el comportamiento sólo refleja las conveniencias personales.

El horno del poder está rodeado de las huestes que buscan el calor, el afecto del cocinero, la aprobación de quien o quienes deciden construir un menú de varios tiempos: unos quieren ser el platillo fuerte, otros la guarnición, otros el postre y algunos, aunque sea la servilleta, pero el asunto es estar en el ánimo del cocinero.

El horno del poder político para el 2021 en Sinaloa y en gran parte de México, ya está encendido desde hace rato, que no se moje la leña y que la sazón sea regional.