Por David Uriarte /

 

Una de las palabras que no pasa de moda es “estrés”, que si se infartó fue el estrés, que si se le subió la presión es estrés, que si tiene sobrepeso es por el estrés, en fin la, tensión emocional termina aniquilando la vida, la salud, la esperanza y el bienestar del humano.

Pero ¿qué hay del estrés desde la neurociencia? La respuesta es: mucho. La ruta de la tensión emocional tiene muchas puertas, cualquiera de ellas desemboca físicamente en una glándula que se llama suprarrenal, esta glándula es como una toronja en miniatura más o menos del tamaño de un frijol, tiene una corteza y una medula.

Todas las preocupaciones que se identifican por la conciencia, activan unos núcleos o centros del sistema nervioso autónomo simpático, estas pequeñas estructuras ubicadas en el hipotálamo, prácticamente en el centro del cerebro, al percibir la amenaza real o imaginada, avisan de inmediato a la glándula suprarrenal que como su nombre lo indica, está arriba de los riñones.

Las emociones activan el circuito del cerebro a la médula suprarrenal activando un aminoácido que se llama fenilalanina para que produzca adrenalina, en tanto, la corteza de esta ‘mini toronja’ se activa con la tensión emocional y produce otra hormona que se llama cortisol.

Por un lado, la adrenalina cierra los vasos sanguíneos y aumenta la presión de la sangre con las consecuencias que pueden ser desde un leve dolor de cabeza hasta un infarto cerebral o del corazón.

Por otra parte, la otra hormona llamada cortisol que se produce en la corteza de esta glándula que se encuentra arriba de los riñones, hace que la persona con el tiempo aumente de peso y se mantenga con sobrepeso especialmente en parte media del cuerpo, es decir en el abdomen.

Las personas crónicamente estresadas por las emociones dañinas, tienen un sistema inmunológico o de defensa poco eficaz, pierden más densidad ósea, esto significa que tienen más riesgo de osteoporosis, reducen la masa muscular y regeneración de la piel afectando el envejecimiento en general; promueve el aumento de grasa corporal, afecta la parte del cerebro encargada de la memoria, en fin, el estrés es un arma mortal, y todo, generado por las emociones descontroladas.