Por David Uriarte /

Las evidencias, aunque sean matemáticas, se muestran debilitadas ante la contundente fortaleza de la fe y la esperanza… es un verdadero fenómeno digno de estudio por las neurociencias y la psicología social, a veces, es más fuerte la subjetividad del pensamiento que la objetividad de la realidad. Por eso, en un país de creyentes cristianos, hay fechas donde se ven ríos de personas inundar la explanada de la iglesia para reverenciar a la deidad.

En la imparcialidad y objetividad del desarrollo político, social, y económico de México, la pobreza no muestra una descendencia significativa, la pobreza extrema se incrementa si bien en menos de un dígito, no deja de ser preocupante para el pronóstico del país y los mexicanos.

El objetivo del análisis no es exhibir las políticas públicas como tal, mucho menos el desempeño del Presidente de México, se trata de ver desde la psicología social el impacto que tiene en las masas la fe, las creencias, y la esperanza.

Las creencias son el motor de la conducta, y la credibilidad su combustible; muchos mexicanos han recargado de combustible su tanque de la esperanza, y hoy navegan por las carreteras de la fe en un México ideal, gracias a la nueva doctrina política implementada por el Movimiento de Regeneración Nacional y su líder ANDRÉS Manuel López Obrador.

La política partidista está acotada por la robusta presencia del nuevo movimiento cuyas raíces datan del siglo pasado y de los genes de la hoy oposición.

El sufrimiento social o la sociedad resiliente, terminó construyendo nuevas generaciones de hombres y mujeres prófugos de la indefensión aprendida, dejaron de creer en las doctrinas priistas, panistas o perredistas y se convirtieron en morenistas, hoy, desde esta plataforma ideológica renuevan su fe y su esperanza para migrar del ‘yugo neoliberal’ a la ‘libertad de la tierra prometida’, al edén donde estarán en paz y armonía con sus necesidades y su satisfacción.

Por eso, no importa la evidencia matemática de la realidad, lo que importa es la credibilidad que mantiene firme a una sociedad cuyo rumbo está iluminado por la fe y la esperanza.

Este fenómeno social es digno de estudio más allá de lo político o partidista, desde la psicología del comportamiento social, las mediciones semanales del nivel de aprobación del presidente López Obrador siempre se mantienen arriba de sesenta por ciento.