Por David Uriarte /

Tradiciones, mitos, y realidades, son la mezcla perfecta de cualquier cultura. En México, el 3 de mayo se celebra el Día de la Santa Cruz, esto en la Iglesia Católica.

En Culiacán, desde muy temprano, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción se hizo presente con un nutrido contingente en el atrio de la parroquia de la Santa Cruz, ubicada en Río Papaloapan y Río Batacudea Colonia Industrial Bravo.

Será en el transcurso del día cuando desfilen poco a poco los artistas del ladrillo y el cemento, estos artífices de las pequeñas y grandes construcciones, conocidos por su maestría en el trabajo, y algunos de ellos aficionados a la bohemia.

También se les asocia con el arte del enamoramiento, la reproducción, y su himno de descanso que señala el lunes como día inhábil.

Se necesita vocación y habilidad para conjugar las tareas propias de un festejo que aglutina a los festejados con las autoridades eclesiásticas, los patronos, y decenas de voluntarios que se suman cada año para hacer del festejo una tradición.

Mujeres entusiastas apoyadas por la fuerza laboral de no tantos hombres, estuvieron desde temprano acomodando mesas y sillas, improvisando cocinas para distribuir los alimentos, lo propio de una kermés.

En periodo de espera se encuentran los juegos mecánicos para divertir hoy en la tarde a las familias asistentes, el festejo cierra con los juegos pirotécnicos teniendo como icono del festejo, la quema del ‘castillo’.

Mientras algunos jóvenes se reúnen para jugar arrancones, otros para divertirse en las dunas, otros en centros de diversión carentes de lo mínimo elemental en materia de seguridad, hay familias convocadas entre sí para contribuir a la construcción de la paz social.

Si bien es cierto que hay un sesgo religioso, también es cierto que este es inocuo, es decir, no lastima ni pone en riesgo a nadie, sólo busca la integración de la familia y la convivencia en sana paz.

La promoción de prácticas de convivencia sana, es uno de los caminos para llegar a la paz social, la cultura es la forma de hacer las cosas, es hora de hacer más cosas sanas, no importa cual sea el pretexto, puede ser el día de no hacer nada, o el día del padrastro, en fin, cualquier ocurrencia que contribuya a la armonía familiar.

Los ateos y los religiosos tienen espacio en el proyecto social de la construcción de paz, no importa el lugar, tampoco el día, lo que importa es la conducta.