Por David Uriarte /

 

Más allá de consideraciones políticas, la ausencia de medicamentos o desabasto como se conoce técnicamente representa un atentado a la salud pública y una infamia a los pacientes con cáncer, más cuando son niños.

Me comenta un sobreviviente de cáncer dos cosas: primero, ¿será medico el secretario de salud? Porque de humano no tiene nada, segundo, si fuera mi caso, y me dice que no hay medicamento, lo más seguro es que se muera él primero que yo, como dice el dicho “para sentir no hay como que duela”.

La única manera de entender el riesgo inminente de perder la vida por una enfermedad neoplásica (Cáncer), es padecerla. Hay muchas cosas que el mexicano promedio aguanta, pero cuando le amenazan la vida a su familia, especialmente a los hijos menores, ¡cuidado!. Es cuando aparece el macho alfa lomo plateado defendiendo su clan, y es capaz de todo, y todo: es todo.

El asunto del Metotrexato sólo es la punta del iceberg, puede ser el efecto dominó que ponga al descubierto intensiones o impericias, si las intenciones son hacerse indispensables a costa de la salud de los enfermos de cáncer, otra vez; cuidado. Si es por impericias propias de una curva de aprendizaje en la administración y el servicio público, cuidado.

Todas las áreas de la administración pública son importantes, sin embargo, la seguridad y la salud representan el termómetro social de las principales manifestaciones de inconformidad con un régimen de gobierno.

Un pueblo soporta que bajen las tasas de interés bancarias, que se deprecie el peso frente al dólar; que los maestros de sus hijos falten a clases, que las tarifas de energía eléctrica no disminuyan en estados donde las temperaturas son sumamente elevadas; que los apoyos a la investigación científica se reduzcan o desaparezcan… en fin, los genes aztecas son aguantadores, pero no te metas con los niños enfermos.

Homicidio imprudencial es un delito que consiste en causar la muerte a una persona física por una acción negligente, esto es lo que pasa cuando le quitas el medicamento a cualquier paciente; más cuando se trata de cáncer en los niños.