Por David Uriarte / 

 

Según la Real Academia de la Lengua, la definición de museos es una Institución de carácter permanente que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe para fines de estudio, educación y contemplación conjuntos y colecciones de valor histórico-artístico, científico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural.

La dinámica sociocultural avanza a una velocidad generacional, es decir, lo que hoy puede ser una “locura”, mañana es la novedad o condición de vanguardia, o al revés, lo que hoy es lo máximo social y culturalmente hablando, mañana puede ser marca o señal de retroceso.

El tema del museo del narco, de momento es un tema espinoso, causa repulsión a muchos, curiosidad a otros, y es una invitación para otros a dejar de lado hipocresías y exponer una realidad de la que nadie se puede esconder.

La cultura es la forma de hacer las cosas en la sociedad, en otros países, los hombres viven y conviven abiertamente con dos, tres, o más mujeres, procrean hijos y construyen una familia de esa manera; hay países donde la pena consiste en azotar en la plaza pública al infractor de la norma de convivencia social.

En otros lugares del planeta, la sociedad y sus gobiernos tienen y aplican la pena de muerte al delincuente; en Estados Unidos, en ciertos estados hay lugares donde el gobierno tiene establecimientos para auxiliar a los adictos a psicotrópicos, en algunas partes de los estados fronterizos en México, ya existen asociaciones civiles que están auxiliando a los adictos para que lo hagan de forma higiénica o con menos riesgos.

Poco a poco la cultura incorpora actividades, actitudes, y practicas derivadas de conductas inicialmente reprobadas… temas como el aborto, el matrimonio igualitario, el consumo lúdico de sustancias como la marihuana y otros psicotrópicos, se van incorporando y con el tiempo incluso se legislan para que el Estado tenga el control y pueda regular la actividad o conducta.

El tema de los museos del ‘narco’ pasará de ser un instrumento académico y de investigación, a ser un tema de dominio público, es decir, la historia no cambia, lo que cambia es la forma de exhibirla.

De momento hay timidez política en el tema, la prudencia ordena un compás de espera, sin embargo, esto será un efecto domino que tendrá resultados más temprano que tarde.

El museo del narco ya existe en la imaginación, la fantasía, y el pensamiento colectivo.