Por David Uriarte / 

La llegada de AMLO a la presidencia de la república no fue novedad, más bien parece que los tres últimos presidentes, dos del PAN y uno del PRI, atizaron la hoguera de la inconformidad social y los resultados fueron obvios.

Tampoco es novedad el nuevo discurso de la 4T, un discurso por necesidad diferente, con los tropiezos propios de una curva de aprendizaje administrativa, operativa y política.

Las diferencias, por no decir traiciones, en el nuevo gabinete tampoco son novedad, es la amalgama de simpatías con orígenes políticos y económicos distintos, todos confluyentes en el nuevo proyecto de nación.

Y si de novedades se trata, tampoco lo es la llegada de la nueva dirigencia del PRI, todo arreglado, con un aseo impecable en los procedimientos, con una disciplina partidista de los rescoldos de aquel gigante venido a menos, pero con una transfusión de afectos y deseos que lo mantienen con los ojos abiertos y a la expectativa de nuevas terapias que lo reanimen y lo pongan en forma.

Tampoco fueron novedad las discrepancias partidistas del PAN en Sinaloa. Como tampoco es novedad la presencia y las bienvenidas de la “Maestra” Elba Esther Gordillo en casi todos los estados de la República, y los gritos de “Presidenta” por parte de los contingentes que en su gran mayoría son miembros del Sindicato de los Trabajadores de la Educación.

Tampoco es novedad la campaña natural que han construido con sus acciones y declaraciones los presidentes municipales de las ciudades más grandes del Sinaloa: Culiacán, Ahome y Mazatlán.

Mucho menos novedad es la efervescencia política en Sinaloa por la próxima gubernatura, nombres como el de Jesús Vizcarra, Rubén Rocha, Aarón Irízar, Héctor Melesio Cuén Ojeda, Jesús Valdés, Sergio Torres, Gerardo Vargas Landeros; más los agazapados… están en cuenta regresiva, primero para la bendición y después para la contienda electoral.

Tampoco es novedad la fuerza e influencia que tiene la Universidad Autónoma de Sinaloa en los procesos electorales, donde además de su comunidad que representa cerca de 200 mil entre alumnos y empleados, es un semillero de actores políticos; por eso no hay novedad.