Por David Uriarte / 

 

Desde ya, los políticos oportunistas empiezan a llegar a las playas del poder como las tortugas a desovar. En los partidos nacionales, locales, de nueva creación y los que están en vías de formación, las visitas de simpatizantes y políticos oportunistas se están incrementando.

Los edificios de los partidos políticos incrementan el tráfico de visitantes cuando hay ofertas ¿Qué venden? ¿Y a qué precio? Generalmente hay tres tipos de visitantes: los miembros del partido y sus simpatizantes; los que parasitan al partido tratando de obtener beneficios de todo tipo; y los políticos oportunistas que sólo se acuerdan de su partido cuando hay algo que obtener.

Los políticos oportunistas son aquellos que ya tuvieron una representación partidista y quieren repetir donde sea y como sea, y si no les dan calor en su partido, inmediatamente hacen su berrinche y coquetean con el mejor postor.

Ya se están desempacando los exdiputados locales y federales de las últimas dos o tres legislaturas, expresidentes municipales y servidores públicos quienes tienen una sola aspiración: tener o repetir las delicias del poder político.

Las características del político oportunista cuando se trata de representaciones electorales por cualquier vía son la amnesia y el cinismo. Amnesia para no recordar los vacíos en las promesas de campaña, y cinismo para hacer como que no pasó nada y ponerse en la fila de espera.

En épocas preelectorales, todos los “ex” se convierten en asesores, venden la idea de la experiencia legislativa o la experiencia administrativa en los casos de los exalcaldes.

Las aspiraciones políticas de cualquier persona son legítimas, pero las aspiraciones de los políticos oportunistas representan más que una falta de respeto a la militancia partidista, “un atentado” a la propia política.

Ayer se le vio a un exservidor público, exdiputado local, y expresidente municipal del sur del estado, vendiendo su histrionismo al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Sinaloa. Su simpatía era igual que la “reina del carnaval”, su gracia ni se diga. Políticos oportunistas que sólo se acuerdan de su partido cuando quieren obtener beneficio personal.