Por David Uriarte

Cuando los procesos se someten a juicio, siempre habrá posturas ideológicas que polaricen la óptica, es decir, los dueños de la propuesta la defenderán de cualquier manera y forma, los adversarios de la propuesta siempre buscarán sobras o pretextos para criticarla.

Los instrumentos de medición en estos casos son las estadísticas arrojadas en el ejercicio tan anunciado y esperado relativo a la revocación de mandato del presidente López Obrador, en promedio, el 18% de los integrantes del padrón electoral salió a ejercer su derecho al voto, en el mejor de los casos; dos de cada diez, ese es el resultado estadístico.

Dos de cada diez no dicen nada o dice mucho, depende la óptica con la que se analice… Si votaron a favor alrededor de 15 millones, esto supera con 3 millones la votación que obtuvo Ricardo Anaya del PAN en la presidencial del 2018, y supera con 6 millones los votos que obtuvo José Antonio Meade del PRI.

Si lo esperado por los dueños de la idea de revocación era superar la marca del 40% de votantes del padrón, entonces la diferencia marca un fracaso, sin embargo, como experimento primario de cómo perciben el régimen de gobierno del Presidente, nueve de cada diez asistentes a las urnas lo perciben excelente, por eso no quieren que deje el cargo.

Lo cierto es que el trabajo para convocar, convencer, y lograr la participación ciudadana fue arduo, desde modificaciones a la ley o la norma jurídica para permitir que los funcionarios promovieran el ejercicio democrático, hasta el acarreo “cívico” solidario de líderes locales de MORENA incluyendo a su líder nacional Mario Delgado.

Gracias a la solidaridad partidista y pese a las condiciones sociales como el inicio del periodo vacacional, la disminución en el número de casillas instaladas, la dificultad para el acceso por las zonas geográficas rurales, y las dificultades propias de una jornada electoral cargada de fricciones entre el partido en el poder y la oposición… se logró un ejercicio democrático cuya dimensión fue de 18 millones de votantes y su costo superior a los mil millones de pesos.

Todo indica que el INE y su estructura operativa será removida a través de una ley que modificará las reglas de operación y la forma de elegir a sus integrantes.

¿Cuál es el destino del consejero presidente del INE? Parece que no es de playa o sol, puede ser de sombra, esto lo veremos en los siguientes capítulos.