Seguro ya has escuchado que en algunos casos de COVID-19 hay inflamación pulmonar y tos seca; aquí los expertos te explican el porqué de esto.

Pese a que han pasado varios meses desde la aparición del coronavirus en el mundo, aún tenemos mucho que aprender acerca de él y de las secuelas que deja en el organismo, incluida la forma en que afecta los pulmones.

Sabemos que el COVID-19 es una enfermedad de las vías respiratorias superiores y que las personas infectadas pueden propagar fácilmente al respirar, hablar o toser cerca de otra persona, incluso si no saben que lo tienen. Por ello, todos deberíamos distanciarnos socialmente y usar cubrebocas fuera de nuestra casa.

“Después de entrar por la nariz o la boca, el virus viaja al pecho y comienza a causar daño al sistema respiratorio. El alcance de este daño varía de persona a persona, y algunas personas sólo experimentan daños leves en las vías respiratorias. Otras, sin embargo, sufren daños que son mucho más graves, que a veces incluso pueden poner en peligro la vida,” aseguró el doctor Tim Connolly, médico neumólogo del hospital Houston Methodist.

El Dr. Connolly nos aclara algunas dudas sobre cómo el coronavirus humano afecta específicamente a los pulmones.

¿Qué les sucede a los pulmones durante un caso leve de COVID-19?
Una vez en el pecho, el virus comienza a afectar las vías respiratorias de una persona y causa inflamación. A medida que aumenta la inflamación, se desarrolla una tos seca que suena y se siente como asma. Además, esto puede causar opresión en el pecho o dolor profundo al respirar.

Aunque generalmente es leve para algunas personas, la hinchazón y la opresión que resultan de la inflamación de las vías respiratorias son esencialmente como tener una tráquea torcida. Piensa en ello como si tuvieras un esguince de tobillo, pero los efectos y la incomodidad que conlleva tener un esguince se sienten dentro del pecho.

¿Qué les sucede a los pulmones durante un caso más grave de COVID-19?
Para algunas personas, la infección se vuelve más grave y el tejido pulmonar en sí se hincha y se llena de líquido y restos de células muertas, lo que clínicamente se conoce como neumonía. Esta acumulación de líquido puede afectar los niveles de oxígeno de una persona y la neumonía puede ser leve, moderada, grave o incluso potencialmente mortal, dependiendo de qué tan deteriorada se vuelva la transferencia de gas y qué tan difícil sea respirar.

Si se reduce la transferencia de oxígeno al torrente sanguíneo, una persona a menudo necesitará oxígeno suplementario y una vigilancia muy estrecha en un hospital.

¿Qué necesita saber una persona con una afección pulmonar preexistente sobre COVID-19?
Una persona con enfermedades pulmonares preexistentes, como asma o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), generalmente tiene menor reserva respiratoria que una persona sin problemas pulmonares. Debido a esto, son más vulnerables y generalmente tienen mayores dificultades si los pulmones se ven afectados por una infección aguda.

Sin embargo, aunque inicialmente asumimos que las personas con enfermedades pulmonares se verían afectadas de manera desproporcionada por este virus, lo que en realidad estamos viendo en nuestra población de pacientes es que el COVID-19 parece estar dirigido a otros grupos de manera más consistente, particularmente a las personas con obesidad, diabetes o hipertensión.

¿Tiene el COVID-19 efectos a largo plazo en los pulmones?
Este nuevo virus sólo ha existido durante unos cuantos meses, por lo que es demasiado pronto para hacer declaraciones definitivas sobre los posibles efectos a largo plazo que puede tener en los pulmones de una persona. De hecho, no sabemos cómo afecta este virus a cualquier sistema de órganos a largo plazo, y esto se aplica igualmente a los pulmones, el corazón, el cerebro y los sistemas vasculares.