Por David Uriarte /
“Nadie es profeta en su tierra”, esta sentencia aplica al legendario “Chapala”, Juan Hernández Fonseca, quien -a sus 75 años- desafía la ley de la gravedad al usar su motocicleta como medio de transporte y de diversión.
Originario de Los Altos de Jalisco y radicado en Culiacán desde 1971, fundó uno de los negocios prósperos e íconos de la ciudad, “Jugos Chapala”, ubicado hasta hace cinco años en Domingo Rubí y Mariano Escobedo. El “Chapala” es famosos entre los comerciantes del primer cuadro de la ciudad, y los cientos de motociclistas de Culiacán y de México.
Juan Hernández Fonseca hizo un receso para dedicarse a su familia y su negocio, pero la urticaria por el motociclismo lo hizo retomar su diversión y desde hace 25 años no se ha despegado de su moto. El “Chapala” pertenece a los veteranos activos del motociclismo, en Culiacán sólo el doctor Francisco Bravo Gallardo -próximo a cumplir 78 años-, es otro de los motociclistas veterano y activo. Otros como el Sr. Melchor Alarcón de 77 años, han dejado su diversión por indicaciones médicas o de la familia.
Juan Hernández comenta con un dejo de tristeza, los recuerdos y experiencias emocionalmente traumáticas de algunos de sus compañeros motociclistas accidentados, unos lesionados con secuelas motoras o amputados, y otros fallecidos. Sin embargo, mantiene su optimismo y su confianza en sus habilidades, que -por cierto- también se han visto mermadas con el paso del tiempo, por eso extrema sus precauciones; aunque también ha sido víctima de caídas y lesiones importantes que lo han incapacitado por algunos meses.
Bueno para socializar con sus amigos motociclistas, el “Chapala” jamás desprecia una invitación cuyo pretexto es la comida, acompañada siempre o casi siempre, con cualquier tipo de bebida refrescante que contenga algo de alcohol. Cuando viaja en grupo, que es la mayor parte de las veces, el “Chapala” pasa inadvertido, pero es todo un suceso cuando llegan a las plazas o lugares que visitan y él se quita el casco; las personas que no lo conocen, se admiran de la fortaleza de un hombre de 75 años, cuya vitalidad ya la quisieran muchos jóvenes.