Por David Uriarte /

Cuando el poder político se convierte en el poder supremo, los partidos, las leyes y las instituciones se convierten en súbditos.

Imposible negar la fuerza política de MORENA, mucho menos negar o desconocer la mano que mece la cuna del poder político en México.

Así como los generales y jefes ordenan a la tropa, así hay una fuerza suprema que ordena a la tropa de MORENA cómo conducirse siempre, especialmente en fechas de elecciones.

Todas las instituciones, todas, están sujetas al poder político en México, la ciencia, tecnología, salud, educación, seguridad, deporte, cultura, política exterior, incluso el culto religioso, todo está bajo el lente controlador del poder político.

Las prisas por anotarse en la lista de cualquier encargo público por elección, los tiempos para renunciar a los trabajos o responsabilidades actuales, la marca el jefe del poder, la interrogante es ociosa ¿Qué hace el Instituto Nacional Electoral? La respuesta es igual de fácil.

El calendario político parece marcarlo el partido en el poder no la institución creada para tal efecto que se llama INE, los partidos de oposición aparte de aglutinarse para ser visibilizados, tienen que seguir el calendario del partido en el poder que marca el compás, y la ruta a seguir rumbo a madre de las elecciones del 2024.

En Sinaloa la efervescencia política está descubriendo los rostros y los nombres de los y las interesadas en ocupar un lugar en el Gobierno o en los congresos, están resucitando cadáveres políticos producto de los milagros concedidos por la fuerza del dinero, los intereses, complicidades, o negociaciones de altos vuelos y gran calado.

Los cuatro municipios más importantes por el número de electores y su economía, la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, las presidencias de las bancadas de los partidos, y las presidencias de las tres comisiones más importantes en la legislatura, serán los puestos o encargos importantes donde el partido en el poder y la oposición tienen su mirada puesta.

Las diputaciones federales y la senaduría son igual de importantes en el proceso electoral, representan el poder partidista y el control presupuestario para el estado y municipios: poder y dinero.

Si el poder de los poderes lo permite, habrá nombres y rostros nuevos como candidatos ciudadanos representando sectores importantes de la población como los agricultores.