Un menor de edad, que se encontraba solo en su domicilio, pues su familiares habían salido brevemente, pide ayuda a la policía; temió por su vida luego de que el zipper de su ropa se atorara

La tarde del miércoles, justo antes de anochecer y a unos minutos del cambio de turno, el número de emergencias 911 recibió una llamada poco convencional, se trató de un menor de edad, pero que en esta ocasión no era broma como suele pasar cuando del otro lado del auricular es un niño quien llama.

Un pequeño, que con voz entrecortada mencionaba a la radio operadora que necesitaba ayuda, y que quizá su vida corría peligro; explicó que se encontraba solo, pues sus familiares habían salido por un momento y no sabía si podían tardar más, por lo que pensó que los policías eran los únicos que podían ayudarlo.

De inmediato la unidad más cercana recibió la orden, acercarse de inmediato y ayudarle. “Cuando un menor es mencionado en la frecuencia de radio, el corazón se acelera”, y lo importante es llegar lo más rápido que se pueda dijo el agente Benjamín Sandoval, quien tras las rejas del barandal que lo separaban del pequeño le aseguró que lo iban a ayudar.

El niño, al ver a los oficiales les dijo apenado, que tenía miedo de que algo le ocurriera, y es que, al acudir al baño y subir el cierre de su short unas gotas de sangre habían salpicado su mano, y se asustó. Agachando la mirada giró su extremidad y los oficiales observaron unas pequeñas gotitas rojas que indicaban la veracidad de lo que el pequeño mencionaba. El niño explicó que no recordaba el número de su mamá o algún familiar, pero que ella siempre le decía “Si algo pasa cuando yo no esté, llama a la policía, al 9-1-1 ellos te van a ayudar”.

Y así fue, el pequeño requería atención médica, y valorar la situación, por lo que la Cruz Roja arribó al lugar minutos después. Y entre la protección del barandal y con las medidas necesarias examinaron al niño, quien afortunadamente sólo tenía una lesión menor en la piel, producto del tirón del ‘zipper’ de su short al ir al baño.

La inocencia del niño al creer que su vida corría peligro, le hizo tomar la mejor decisión y pedir ayuda en el lugar indicado. Él y su familia agradecieron la intervención de los elementos preventivos y paramédicos que le prestaron auxilio.

Es por eso, que como sociedad debemos inculcar a los más jóvenes a utilizar los servicios de emergencia de manera responsable y adecuada, pues los Policías Preventivos diariamente atienden un sinnúmero de llamadas de auxilio; sin embargo no todas son verídicas, hay muchos llamados que son realizados como broma o juego (aunque éste no fue el caso), lo que luego retrasa el apoyo en una verdadera emergencia.

 

Aclaración: La autoridad aclara que la situación descrita es un evento real, pero de acuerdo a ley por ser menor de edad no se pueden proporcionar más datos como nombre y domicilio, entre otras.