Por David Uriarte /

Después de la vida, la salud es lo más importante. Mantener la salud es relativamente fácil, perder la salud también, es decir, la línea entre la salud y la enfermedad se puede perder si no se promueve la educación y promoción de la salud.

Consciente o inconscientemente las personas aprenden a perder la salud: obesidad y sobrepeso, diabetes, hipertensión, dislipidemias o exceso de grasa en la sangre… una serie de alteraciones físicas y emocionales mantienen los servicios de salud pública sobre utilizados, las empresas pierden cientos de miles de horas debido a las ausencias de sus trabajadores derivadas de incapacidades médicas.

Al ver saturados los servicios de salud pública, algunos enfermos terminan invirtiendo parte de sus ahorros o incluso terminan hipotecando sus bienes para obtener recursos y cubrir los costos de honorarios médicos, exámenes de laboratorio, gabinete, medicamentos, hospitalizaciones, o procedimientos como diálisis o terapias de rehabilitación.

En esta semana, acompañé a un paciente que dudaba de las bondades de Salud Digna, una institución especializada en los servicios de prevención y diagnóstico oportuno.

A media mañana, el paciente llegó, sacó turno en la máquina de acceso, no había pasado un minuto cuando lo estaban voceando en la caja siete, se acercó al mostrador, le preguntaron cuál era el servicio que necesitaba; ahí mismo hizo el pago y lo orientaron rumbo al pasillo donde le iban a practicar el estudio, llegó, se sentó y antes de los cinco minutos una asistente estaba voceando su nombre, se acercó, abrieron una puerta y le dijeron: -Pase, aquí lo van a atender.

Diez minutos después, salió del cubículo y le pregunté – ¿Cómo te fue? Me contesta: -Muy bien, me dijeron que en cinco minutos me entregan los resultados… No habían pasado ni tres minutos cuando sale la asistente y llama al paciente para entregarle el sobre con el estudio y la interpretación de este.

Desde su llegada, hasta su salida, no pasaron más de veinte minutos, el paciente salió con su ultrasonido abdominal interpretado y cuyo costo apenas supero los cien pesos.

Bueno, bonito y barato, yo agregaría y bien atendido, con un trato digno, con procesos certificado y bajo la custodia de la cadena de garantía del control de calidad.

Salud Digna está metida hasta el tuétano en los servicios de diagnóstico oportuno, ya están con lo de hemodiálisis y PET.