Por David Uriarte

El material para construir el proceso electoral del 2024 ya está, si en todo hay previsión, en el calendario electoral más. Los tres años que siguen serán intensos, la cimentación está lista, algunos cargos serán de trámite y a algunos políticos sólo les queda esperar, y mientras tanto, preparar o afinar su estrategia para estrenarse en su nuevo cargo.

A pocos les es ajena la idea de Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder del PAS de buscar una senaduría en alianza con MORENA, por eso el trabajo conjunto desde hace meses con el gobernador electo Rubén Rocha Moya.

Las aspiraciones legítimas de Gerardo Vargas van en la misma dirección, todo apunta rumbo al Senado de la República, sólo hay que consolidar el triunfo de la presidencia municipal de Ahome que lo está impugnando uno de sus adversarios políticos.

No hay que perder de vista al “Químico” Benítez en Mazatlán, el trae sentimiento de orfandad desde la postulación a candidato a la gubernatura por su partido, se siente cercano al Presidente y parte de su proyecto, sólo le hace falta reconciliarse con Mario Delgado, líder de MORENA.

Caso especial el de Jesús Estrada Ferreiro -presidente municipal de la capital sinaloense- con su reelección dejó dos mensajes: la fuerza de la marca y la rentabilidad del producto, es decir, su partido está de moda y hoy por hoy se necesitan partidos todo terreno para emparejar la velocidad de su crecimiento político. Por otra parte, pese a lo que se diga, el número de votos en las elecciones pasadas deja evidencia de su trabajo y presencia en Culiacán; si a lo anterior le agregamos la reconciliación inteligente que está haciendo con los medios de información, las cosas se ponen interesantes en la competencia por la senaduría por Sinaloa en el 2024.

Caso especial por lo abrupto de su destino político es el de Jesús Valdés Palazuelos, no se necesita reseña ni presentación, se necesita memoria para recordar el sometimiento al que fue expuesto por su partido y por sus “amigos políticos”; si aprende de la experiencia -como todo indica-, será carta fuerte por cualquier partido político rumbo a la senaduría.

No hay que olvidar que falta la carta o cuota fuerte de género.