Por David Uriarte /

Entre el aprendizaje y la biología hay una complicidad funesta, la sociedad presume avances científicos y tecnológicos, inteligencia artificial, viajes interplanetarios, un desarrollo humano que busca bienestar, sin embargo, algo está pasando en el ambiente, en la comida, en la familia, en los medios de comunicación, en las redes sociales, en los genes o en el aprendizaje, que cada día se ven más expresiones y comportamientos violentos.

Niños disparando armas de fuego contra sus amigos o compañeros de escuela, padres lesionando al personal docente por sentirse ofendidos en el proceso de enseñanza y disciplina a sus hijos, adolescentes agrediendo a compañeros bajo el pretexto de la intoxicación con psicotrópicos de cualquier tipo, jóvenes delinquiendo, quitándoles la vida a cualquier persona que se resiste al robo o asalto, sicarios disfrutando la tortura de sus víctimas y exhibiendo sus hechos horrendos en redes sociales, conductas delictivas pero sobre todo violentas.

¿Cómo pedirle a un adolescente que abandone su comportamiento violento o antisocial, si el ejemplo lo tiene en casa con sus propios padres? Padres drogadictos, alcohólicos, rateros, violentos, malditos, delincuentes, prófugos de la justicia, extorsionadores, secuestradores, exconvictos, asesinos, en una palabra: sociópatas o generadores de violencia.

El destino social se ve obscuro de continuar por este camino, la mejor evidencia de una política pública de contención de la violencia, son los resultados cuya tendencia sea la baja en la incidencia delictiva, los medios tradicionales de comunicación y las redes sociales, están llenas de información cuyo contenido es violento y criminal.

Renglón aparte es lo relativo a la violencia contra las mujeres en México, un día sí y otro también, la sociedad se entera de actos deleznables, actos que van desde la conducta pasiva-agresiva, hasta la violencia extrema donde pierden la vida las mujeres, victimas en un gran porcentaje, de sus parejas sentimentales, de los padres de sus hijos, de quienes estuvieron a veces perdidamente enamoradas, y hoy son sus verdugos.

Algo pasa en la relación biología aprendizaje que la sociedad se está volviendo cada vez más violenta, menos tolerante, hombres y mujeres controladores, obsesivos con sus ideas y creencias, sin margen de maniobra en la negociación, radicales en sus posturas animalescas.