Por David Uriarte /

Para muchos tarde para otros temprano, para la familia del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, cuarenta años después (9 de febrero de 1985).

Esta es la cronología del delito, las personas mayores de sesenta años, habitantes de Sinaloa, especialmente de los municipios de Culiacán y Badiraguato, pueden recordar dos hechos completamente distintos pero conectados entre sí: el edén y el infierno.

El edén del rancho ‘El Búfalo’ en el municipio de Allende, perteneciente al estado de Chihuahua, lugar donde se emplearon cerca de diez mil jornaleros, un emporio que le daba de comer a muchas familias; y el infierno, infierno después de la destrucción del plantío de marihuana y la detención de cientos de jornaleros y muchos más que se dispersaron por arroyos y veredas evitando su detención.

La alegría de las familias sinaloenses que migraron al rancho ‘El Búfalo’ hace poco más de cuarenta años, tenía su origen en la economía, eran familias bien remuneradas, era el sueño hecho realidad, el camino para salir de la pobreza… familias inmersas en sueños cuyo contenido terminaba en la compra de una “troca”, un pedazo de tierra, y el resto para posibles lujos.

Cuando la gloria se transformó en infierno, la desesperación y el llanto eran la constante, mujeres y niños en búsqueda del sostén de la casa. Hijos que sin saber ya eran huérfanos, otros encontrarían a sus padres en la prisión; los que corrieron con más suerte, el padre llegó de sorpresa después de viajar más de mil kilómetros, unos a pie y otros de raite.

Primero la destrucción del mega plantío, después la privación de la libertad del agente de la DEA, después, la aprensión de Rafael Caro Quintero, su condena, su libertad, su reaprehensión, y nuevamente su entrega al gobierno de los Estados Unidos.

En el transcurso de los cuarenta años, entre la muerte del agente de la DEA y la entrega de Caro Quintero, se escribieron decenas de historias alrededor del caso.

Trascendió que el hijo de Enrique Camarena, trabajó también en la DEA, la agencia como tal siempre le demostró su apoyo y la promesa de que el brazo de la justicia llegaría hasta el objetivo final. Actualmente, según las fuentes, el hijo de ‘Kiki’ Camarena ahora es juez, y con las esposas con las que encontraron a su padre, con esas mismas esposaron al recién llegado a los Estados Unidos.

No hay fecha que no se cumpla.