Por David Uriarte /

A veces, el mensajero nada tiene que ver con el mensaje. La incapacidad para controlar o erradicar ciertos fenómenos sociales por las instituciones encargadas del tema, los hace tirar -palos de ciego-, no buscan quien se las hace sino quien se las paga, tal es el caso de las autoridades que buscan castigar a grupos musicales que sólo hace eso, ponerle música a la letra que cuenta historias, unas reales, y otras ficticias.

La historia describe hechos realizados por dos grupos claramente identificados: los narcos, y las instituciones encargadas de la seguridad pública al margen de cómo se llamen… para la sociedad es lo mismo SEDENA, que Guardia Nacional, Marina, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Poco les interesa si son auxiliados por personal de Estados Unidos como la DEA, el FBI, la CIA, o el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, lo único que quiere la sociedad es paz, tranquilidad y seguridad.

El siglo pasado marcó el inicio de una historia clara o más precisa sobre actividades relacionadas con el narcotráfico en México. Especialmente en Sinaloa, Durango y Chihuahua; la sierra del municipio de Badiraguato en Sinaloa, dio origen a personas, nombres, e historias que no se pueden borrar, aunque se pierdan en la nebulosa de una historia que muchos no quieren recordar.

El nombre de Pedro Avilés “El León de la sierra”, suena como parte de las piedras fundamentales del entramado que sostiene la parte inicial del narcotráfico de la época reciente. En esas mismas fechas, nombres o apodos como Pedro Eleodoro Cázares Laija, alias “El Culichi”, Juan Manuel Salcido Uzeta alias “El Cochiloco”; después, Miguel Ángel Félix Gallardo ​ conocido como “El Jefe de jefes”; ni qué decir del artífice del rancho el “Búfalo” en Ojinaga, Rafael Caro Quintero; Juan José de Jesús Esparragoza Moreno, conocido por su alias “El Azul”, en esa misma época, Ernesto Fonseca Carrillo ​ conocido como “Don Neto”.

Los personajes empiezan a imbricarse poco a poco con el tiempo, nombres y figuras como Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, Ismael Zambada García, “El Mayo Zambada”. Ya en el nuevo siglo, aparecen nombres como Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, también empiezan a surgir nuevas figuras generacionales: los hijos de las leyendas.

Revisar la historia del narco no es apología.