Por David Uriarte /

La relación de invitados (obligados) a fortalecer la población penitenciaria en México está robusta, la clasificación es; servidores y ex servidores públicos, y otros.

En la categoría de servidores públicos la lista está guardada con celo político, pero en la categoría de ex servidores públicos, la lista se exhibe con profesionalismo jurídico.

Tanto el celo político como el profesionalismo jurídico, se concatenan en determinado momento para extraer o compartir la savia del éxito social de un régimen que llegó para quedarse por tres sexenios.

La generación que comparte los mismos atributos de pobreza, hartazgo y esperanza, representa poco más de la mitad del padrón electoral, esa es la fuerza del régimen político actual, y ante eso poco pueden hacer los adversarios políticos del presidente de México.

Así como le corean al artista sus admiradores otra, otra, otra… así le corean al Presidente sus seguidores otro, otro, otro… refiriéndose a quien será el próximo ex servidor público que se enfunde el uniforme de presidiario.

Esta estrategia legítima del gobierno, desanima a los adversarios políticos a dar la cara o encabezar movimientos gremiales con miras al 2021.

La mejor estrategia de MORENA para calmar los ánimos de sus adversarios, es la paranoia propia de los ex, todos los que son y dejarán de ser o perderán su fuero, todos los ex que mantuvieron el poder político y económico en el pasado, y todos los ex que le fastidiaron la vida a la clase política en el poder, sino, pregúntele a Rosario Robles.

El camino de la cárcel esta pavimentado para muchos ex, sin embargo, el proceso se dosificará conforme las necesidades políticas lo indiquen, hay una relación de candidatos a pisar la cárcel dividida en 32 partes, es un mazo de cartas donde los ases están marcados.

La estrategia no puede ser mejor, hay dos grandes miedos: perder la vida y perder la libertad. Meter a la cárcel a los ex políticos que tuvieron el control del país en sus manos, es la mejor exhibición de fortaleza de un régimen que pretende perpetuarse en el poder, pero sobre todo, es revivir la esperanza de aquellos cuya pobreza puede ser la explicación de la riqueza de los ex.