Por David Uriarte /
Lejos quedaron los tiempos de aquellas campañas políticas donde era una fiesta, un carnaval, un festival lleno alegría, expectativas, y esperanzas que con el tiempo se veían frustradas o excepcionalmente cumplidas.
Las cosas en materia política en México dieron un giro significativo desde la caída del sistema en 1988, gana Salinas, Bartlett era el titular de la Comisión Federal Electoral, y en la ecuación perdedora se ven involucrados Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel de Jesús Clouthier del Rincón.
Eran tiempos diferentes, las redes sociales prácticamente no existían, la era digital apenas despegaba, sin embargo, un cuarto de siglo después, la oferta política partidista puede ser parecida, pero el marketing es diferente, hoy las redes sociales dominan el mercado de la información junto con la inteligencia artificial.
El arranque de las campañas presidenciales son la muestra de la diferencia entre el México de hoy y el México del siglo pasado, aunque la pobreza sea parecida, como parecida es la esencia de la política y los políticos.
Las divisiones entre los miembros y simpatizantes de los partidos políticos, también permea en la sociedad, la sociedad también está dividida más que politizada, por un lado, los que ven en el gobierno el alimento económico de subsistencia, por otro lado, los que ven en el gobierno al sediento depredador de su economía en la tributación de sus impuestos.
El gobierno sin importar el partido, se convierte en el repartidor del dinero de los que pagan impuestos, las finanzas públicas se verán más comprimidas al elevar a rango constitucional la dispersión de dinero a ciertos grupos vulnerables, estos temas serán parte del discurso de todos los candidatos que buscan el voto dentro de tres meses.
Sinaloa no es la excepción, las campañas para las senadurías, diputaciones federales y locales, así como para las presidencias municipales, no tienen un arranque espectacular, todo hace suponer que se irán dosificando en el tiempo, como en las peleas de box donde ambos contrincantes dejan para los siguientes rounds sus mejores golpes, primero miden al contrincante.
La sociedad espera propuestas viables y no ocurrencias de venta fácil y cumplimiento imposible, mientras tanto, esperemos que mejore el sabor.