Por David Uriarte /
El tiempo es una variable inseparable de actos humanos o eventos de la naturaleza, la medida de muchas cosas es el tiempo como en el vino, a los humanos. El tiempo los clasifica en vida intrauterina, después vida extrauterina o neonatos, recién nacidos, lactantes menores y mayores, niños, adolescentes, jóvenes, edad madura, vejez o adultez, hasta la muerte.
El planeta Tierra también se ve marcado por el tiempo, desde su formación hasta el estado actual pasando por todas las etapas que los paleontólogos, antropólogos y sociólogos han estudiado, la marca del tiempo se convierte en la historia.
Las instituciones educativas, formadores de hombres y mujeres bajo las premisas del conocimiento científico y filosófico principalmente, han privilegiado la academia y la investigación a través de la tecnología disponible, arribando a la era digital con novedades sorprendentes como las de la inteligencia artificial.
Las universidades o instituciones de educación media superior y superior, mantienen un rumbo definido por sus políticas generales y particulares. En Sinaloa, la Universidad Autónoma de Sinaloa, institución centenaria, se mueve como lo dice su lema “Sursum Versus”, “Hacia la cúspide”, siempre hacia adelante y siempre buscando el techo del conocimiento, sabiendo que es dinámico.
Los ciclos universitarios tienen que ver con sus autoridades, con la visión global, universal, humanista, científica y filosófica, sin descuidar los más valioso, lo que le da sentido a su existencia: sus maestros y sus alumnos.
El binomio enseñanza-aprendizaje es la médula de su razón de ser, profesores capacitados, alumnos receptivos, padres de familia esperanzados en el futuro social, y autoridades comprometidas con la vocación y habilidad de sus activos más importantes: profesores y alumnos.
Todas las Universidades públicas padecen de la misma dolencia, los recursos financieros, la relación entre quienes aportan el financiamiento (los trabajadores y empresarios que pagan sus impuestos), quienes lo distribuyen (el gobierno federal), quienes lo entregan (gobierno estatal), y quienes lo aplican (las universidades), es una relación dinámicamente tensa, finalmente, el recurso es el poder.
Los ciclos universitarios aportan experiencia, la ecuación entre educación e ignorancia siempre debe estará a favor de la sociedad, bienvenidos los nuevos ciclos universitarios.