Por David Uriarte /
La oxitocina es la substancia química del vínculo y la confianza, puede generar una conexión tan fuerte que desconfiemos de aquellos que piensan diferente, de tal manera que un grupo político puede rivalizar de otro, al grado de la agresión convertida en violencia de cualquier tipo.
Esto, de alguna manera lo afirma el Dr. Daniel G. Amén, quien destaca como un eminente psiquiatra en los Estados Unidos y un influyente líder en el ámbito de la salud mental en la era digital.
Es un médico psiquiatra de doble certificación, reconocido autor de diez libros exitosos que han figurado en la lista de ‘bestsellers’ del New York Times y un destacado conferenciante a nivel internacional.
Su experiencia abarca una impresionante producción académica, con la autoría y coautoría de más de setenta artículos profesionales, siete capítulos de libros y una bibliografía de más de treinta obras.
La oxitocina tiene que ver con el aumento de la confianza, el bienestar, la vinculación que genera apego, la generosidad, la reducción del estrés, y las interrelaciones sociales, con actitudes de protección a grupos sociales o políticos; la oxitocina promueve el acercamiento con las personas iguales en las creencias religiosas, políticas, filosóficas, deportivas, o simplemente ligadas por la amistad, llegando incluso a mentir para defenderlos.
Los fenómenos sociales enmarcados dentro del contexto de la política partidista, tienen un fondo neuroconductual, una base psicológica para desplegar ciertas conductas a veces difíciles de entender desde la razón, pero fáciles de comprender desde la ciencia y la investigación.
Es gracias a este neurotransmisor llamado oxitocina, que los abrazos toman un significado más allá de la simple palabra, la confianza surge como por acto de magia en las personas que confluyen en la misma idea o pensamiento, incluso en la misma afición o pasatiempo.
La política no es la excepción, la confianza en los políticos y sus movimientos, surge desde el cerebro, desde substancias químicas diseñadas evolutivamente para la vinculación afectiva.
A veces la lógica no logra discernir las conductas aberrantes para unos y trascendentales para otros, la oxitocina transforma a las personas, así como la inmunidad de rebaño protege a la comunidad en las pandemias, así la oxitocina produce una confianza en el rebaño, direccionando el pensamiento y la conducta hacia el mismo objetivo político.