Por David Uriarte /

Como en los mejores tiempos del PRI y su gobierno, ayer se colapsó el tráfico alrededor del acto donde el gobernador presentó su Plan Estatal de Desarrollo 2022-20027. Experto en la construcción de contenidos, Rocha Moya mostró la estructura de un informe donde se cuidaron las formas, se privilegiaron los afectos, y se optimizó la síntesis para dejar claro los tres ejes del plan de trabajo.

Pocos pueden apartarse o desoír la benevolencia del primer eje: el Bienestar Social, la única aspiración del ser humano es el bienestar subjetivo auto percibido, lo que comúnmente se llama felicidad, lo que en la pirámide de Maslow es la jerarquización de las necesidades básicas como el alimento, empleo, seguridad, salud, afecto y éxito. El bienestar social es el oxígeno de cualquier gobierno, lo contrario es humo que asfixia los buenos propósitos.

El segundo eje del plan es el Desarrollo Económico, de alguna manera va junto con el primero, no puede existir bienestar sin una economía sana, se necesita la participación activa del sector empresarial. Son los patrones los que promueven la seguridad social de sus empleados y con sus impuestos el gobierno les da dinero a los grupos vulnerables, mantienen la nómina de la burocracia y si le alcanza, hace obras: sin dinero no hay desarrollo social.

El tercer eje denominado Gobierno Democrático Promotor de Paz, Seguridad y Eficiencia, es el broche que cierra el plan, una democracia que transita sin obstáculos, sin represiones, sostenida por el respeto a los derechos humanos, una tolerancia sustentada en un dialogo propositivo puede desembocar en la paz social.

Sin embargo, el gran reto operativo, es decir, más allá del discurso brillante, es el tema de la seguridad. Por lo pronto, los feminicidios están manchando la imagen de un estado que no encuentra el cómo, es decir, un estado con servidores públicos muy preparados pero rebasados por una realidad que lastima el derecho a la vida.

Mientras los números y las estadísticas sigan el rumbo o la tendencia nacional, no se puede hablar de eficiencia, y como dijo el presidente López Obrador, sin seguridad no hay cuarta transformación.

Los planes son eso, planes, y a veces buenos deseos… La sociedad no tiene instrumento para castigar el no cumplimiento de las metas y objetivos, por eso, planes van y planes vienen en cada gobierno; así se construye el destino de Sinaloa, en promedio cada seis años.