Por David Uriarte

Que mejor suerte que cumplir 66 años, que mejor suerte que tener una familia, que mejor suerte que tener una historia académica, empresarial, y política salpicada de envidias que te fortalecen… Que mejor suerte que convertirte en el líder de un partido necesario para construir el andamiaje del triunfo electoral del actual Gobernador, en fin, cuando estás de suerte estás de suerte.

Sin ánimo de discutir lo relativo a la suerte como término determinante, simplemente usarlo como referencia de asociación con la vida de Héctor Melesio Cuén Ojeda, a los políticos les agradan las discusiones y las controversias, son oportunidades para sacar a pasear sus habilidades y ratificar su importancia en la vida social y partidista, por eso, la nota mediática que afirma un comentario del doctor Rubén Rocha Moya: “Que quiere que le mande un ramo de rosas…”, refiriéndose al silencio de Héctor Melesio Cuén cuando se le preguntaba sobre su designación como Secretario de Salud y él contestaba: “Púes el doctor Rocha no me ha dicho nada…”.

Parece que la jugarreta les salió bien y ambos lograron notoriedad dentro de la monotonía que estaba generando la transición, por eso, cuando estás de suerte estás de suerte.

Desde temprano los amigos de Cuén empezaron a felicitarlo por su cumpleaños, también sus enemigos vestidos de adversarios políticos desde ayer empezaron a recordarle una serie temas que confluyen en un sólo lugar: su liderazgo político.

Las cosas en el gabinete del Dr. Rocha se van a poner más que interesantes cuando empiece a operar su gobierno; la paridad de género, figuras políticas importantes del pasado universitario -unas a favor de Rocha y otras a favor de Cuén que integrarán la nómina de Gobierno del Estado-, será la prueba de fuego para ambos (Rocha-Cuén). Aquí se conocerá la fortaleza de los liderazgos, y el tamaño de los rencores que pudieran poner en riesgo la política interna del gobierno que inicia en una semana.

Lo que seguramente ya tiene Cuén como titular de la Secretaría de Salud, son los nombres de quienes se van y quienes se quedan en los puestos relevantes, esta Secretaría le quedó como anillo al dedo.

Suerte o destino.