Por David Uriarte /
Mientras la sociedad se prepara para retomar la vida diaria como hace un año, el parte de novedades vuelve a manchar la nota, es decir, otra vez las conductas delictivas detonan de manera súbita, poniendo en estado de alerta por decir lo menos a una sociedad asustada desde hace meses.
La verdad hay que decirla, la presencia de las fuerzas federales está por todas partes, en el primer cuadro de la ciudad elementos de la Guardia Nacional caminando, recorridos a pie, donde su presencia infunde seguridad a los transeúntes. Las arterias principales de la ciudad son transitadas por patrullas tanto de la Guardia Nacional como de la Secretaría de la Defensa Nacional y eventualmente de la Marina, con retenes permanentes en ciertos puntos estratégicos de la ciudad de los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, los agentes de García Harfuch como se les conoce.
Presencia policial si hay, entonces ¿Cómo es que los delitos de alto impacto siguen en la ciudad? Puede ser que el servicio de contrainteligencia del crimen organizado les funcione de tal manera que siempre estén un paso adelante y se vuelvan inmunes al brazo de la ley y la justicia.
Cuando todo parecía volver a la calma y la sociedad se atrevía a salir, el día de ayer parecía Semana Santa: la bahía de Altata se llenó de turistas, la industria restaurantera vivió una jornada de éxito, y desde temprano, se veía la presencia de motociclistas y familias enteras disfrutando del mar. A medida que regresaban a sus hogares de descanso, las grandes filas de vehículos en dirección a Culiacán por la tarde fueron una clara señal del movimiento.
En las plazas comerciales también se vivió un día similar al de hace un año, con estacionamientos repletos, lo que hacía parecer que la vida cotidiana se recuperaba. Sin embargo, de repente, las redes sociales comenzaron a inundar la conciencia social con información alarmante: casas alcanzadas por balas de grueso calibre, vandalizadas e incendiadas, vecinos atrapados por el pánico, y, por la tarde, el reporte de homicidios dolosos en colonias periféricas de la ciudad.
En las plazas comerciales igual, con un lleno parecido al de hace un año, los estacionamientos repletos, la vida diaria parecía recuperarse, pero de pronto, las redes sociales empezaron a inundar de información la conciencia social, casas roseadas por las balas de grueso calibre, vandalizadas, incendiadas, vecinos presos del pánico, y por la tarde, el anuncio de homicidios dolosos en colonias periféricas de la ciudad ¡de que se trata!
No se puede negar el trabajo en materia de seguridad, hay miles de detenidos, otros tantos delincuentes abatidos, miles de narco laboratorios incautados, también hay que señalar los daños colaterales, es decir víctimas inocentes, la economía por el suelo, la esperanza también sigue escondida.
¿Qué sigue? ¿Cómo detener esta espiral? ¡¿De qué se trata?!