Por David Uriarte /

Los hospitales públicos y privados están pasando por una condición amenazante para los pacientes oxígeno-dependientes; el abasto de oxígeno medicinal.

La planeación de los hospitales incluye fluidos medicinales para pacientes y fluidos para máquinas y equipos. En estos momentos, el número de pacientes hospitalizados en Sinaloa, especialmente en Culiacán, satura las Unidades de Cuidados Intensivos y las camas destinadas para cirugías programadas se han convertido en camas para pacientes COVID.

Algunos hospitales privados han tenido que acondicionar más termos para almacenar oxígeno medicinal, los contenedores que antes les duraban en promedio un mes, hoy escasamente les duran tres días; tener conectados a los pacientes día y noche a concentraciones altas de oxígeno, produce un desabasto peligroso, es decir, los hospitales dependen de la agenda de los proveedores y estos, a pesar de trabajar día y noche no logran abastecer en tiempo y forma las necesidades de los hospitales, y esto se puede convertir en una sentencia de muerte para los pacientes cuyo hilo conductor de vida es el oxígeno suplementario.

No todo es tener dinero o una póliza de gastos médicos mayores, de nada sirve el dinero si no hay médicos, y de nada sirven los médicos si no hay camas hospitalarias, y de nada sirven las camas hospitalarias si no hay los insumos necesarios, en este caso el oxígeno medicinal.

La medicina privada nunca ha sido barata, menos cuando se requieren medicamentos especializados cuyo costo puede superar los veinte mil o cincuenta mil pesos por inyección, las Unidades de Cuidados Intensivos donde terminan los pacientes intubados y graves, tienen un costo promedio de cincuenta mil pesos diarios, más los honorarios de los médicos especializados en el cuidado del paciente crítico.

La agonía de muchos pacientes infectados por el virus estriba en la falta de oxígeno, sienten la asfixia al no poder tener el suficiente aire divino para darle continuidad a la vida y sus ilusiones.

Los familiares de pacientes fallecidos por la falta de oxígeno medicinal, ya levantaron la voz esperando que la autoridad sanitaria lo resuelva.