Por David Uriarte / 

Aquel que no se adapta es un desadaptado. En el nuevo régimen de México, la adaptación de las clases sociales, empresariales y políticas es lo esperado; los que pataleen, renieguen, se enojen o se violenten, sólo demuestran dos cosas: que el nuevo modelo de gobierno les afecta, y/o les quitó el poder.

Poco a poco México de pinta de guinda, el color de MORENA, la inspiración de la cuarta transformación, el exilio de la corrupción y el acoso a la impunidad, por lo menos en las intenciones del nuevo régimen del gobierno de López Obrador.

A estas alturas, senadores, gobernadores, diputados federales y locales, presidentes municipales y partidos de oposición, deberían entender el juego y conocer al dueño del equipo, es decir, deberían saber que las reglas han cambiado y que el dueño del equipo se llama Andrés Manuel; por lo menos.

La fuerza de un Presidente es tal, que la autonomía e independencia de los otros poderes terminan subyugados en la práctica al poder ejecutivo, sólo hay que revisar la historia reciente de México y escuchar el discurso todopoderoso del Presidente, no se trata de gustos, se trata de realidades.

Los acomodos que está haciendo el Presidente no son ocurrencias, son parte de una estrategia que ha construido a lo largo de su vida política, parte de sus convicciones y parte de sus ideales… Aquellos que esperaban el caos en esta administración, realmente no hay mucha diferencia entre este régimen y los anteriores, sólo que en este régimen no están muchos de los que estaban antes, esto es lo más significativo de las diferencias en los estilos de gobierno: sus operadores políticos.

Los inteligentes han ido migrando poco a poco, se han adaptado a la nueva realidad política en México, son criticados por abandonar las filas de sus partidos políticos de origen, pero saben que las ligas amateurs no pueden competir con las grandes ligas, aunque no les guste a muchos.

Finalmente, no se trata de gustos se trata de inteligencia, de modelos de gobierno, de una visión diferente y a veces antagónica a la visión política del pasado, en este nuevo régimen sólo los adaptados sobrevivirán a sus aspiraciones políticas.