Por David Uriarte /

Gracias a los organismos internacionales de la salud, las enfermedades obtienen un lugar en la relación de prioridades para su atención, un lugar en la mente y la conciencia tanto de los enfermos como de las autoridades locales y regionales encargadas de las políticas públicas.

Mientras hay lugares donde la desnutrición es la prioridad, también los hay donde la obesidad grita por su tratamiento, en ambos casos, es la muerte prematura y la discapacidad la que obliga a las autoridades de salud a tomar medidas urgentes para su solución.

Los extremos siguen siendo motivo de alerta social y gubernamental, es triste ver niños desnutridos como triste es ver niños obesos como signo de alarma y producto de la pobreza en un caso e ignorancia en otro.

La pobreza económica puede conducir a la desnutrición por la deficiencia alimentaria, la ignorancia puede conducir a la obesidad por desconocimiento de la carga nutricional y su distribución o desbalance entre los carbohidratos, grasas y proteínas.

La educación para la salud, debe ser parte de las políticas públicas, el Sector Salud debe priorizar la enseñanza y promoción de hábitos alimenticios, combinados con el ejercicio necesario como parte de la rutina diaria de hombres y mujeres acorde a su edad.

El Día Mundial de la Obesidad no es más que un recordatorio que trata de tocar la puerta de la conciencia personal, familiar, social y gubernamental relativa al estado de salud en general y al peso corporal.

No existen dos personas iguales, por lo tanto, cada quien debe buscar y encontrar su ritmo alimentario y establecer su rutina de ejercicio, desde los ejercicios pasivos donde la caminata es la indicada, hasta los ejercicios de alta demanda de esfuerzo y fatiga.

No es lo mismo entrenar el cuerpo de un niño cuya obesidad se presenta a los seis años de edad, que al adolescente cuya fortaleza es distinta a la persona de la tercera edad, quien además de obesidad, puede cursar con una serie de enfermedades que complican y ensombrecen su pronóstico de salud en general.

Poco a poco, la obesidad se ha colocado a la cabeza de las enfermedades silenciosas, es una carga que impide a otros órganos vitales su función, uno de ellos es el corazón, por eso, la hipertensión casi siempre acompaña a la obesidad; el hígado y el páncreas también aportan su índice de sufrimiento, hígado graso y pancreatitis son una amenaza recurrente en los obesos.

Día Mundial de la Obesidad es el día mundial de conciencia y la honestidad.