Por David Uriarte /
Miles de renglones, discusiones, réplicas, contrarréplicas, análisis, preocupaciones, miedos, corajes, opiniones, espionaje, golpes bajos, explicaciones, evidencias, supuestos, reclamos, confrontaciones, distanciamientos, acercamientos, en fin… La Ley de Educación Superior del Estado de Sinaloa promulgada el 28 de febrero pasado, tiene tensos a los universitarios y al gobierno.
Mientras tanto, el precio de la tortilla sube, el precio del huevo y el frijol también; los combustibles como la gasolina, el diesel, y el gas de uso doméstico, mantienen un alza leve pero constante, esta es la famosa inflación subyacente.
La sociedad sinaloense y parte de la mexicana, tienen la mirada puesta en el conflicto y su posible desenlace, mientras tanto, los ciudadanos norteamericanos secuestrados en Tamaulipas, dice el gobernador Américo Villarreal que ya fueron encontrados: dos están muertos, uno herido y otro ileso. Este hecho hizo que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se reuniera de inmediato con el presidente López Obrador mientras el Congreso de los Estados Unidos busca la manera de autorizar al presidente Joe Biden la intromisión de sus fuerzas militares y de inteligencia en territorio mexicano.
No es fácil violar la soberanía de México, eso generaría un verdadero conflicto binacional México-Estados Unidos, sin embargo, desde la llegada de la Iniciativa o Plan Mérida, un programa de cooperación para la seguridad que estableció Estados Unidos en acuerdo con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado en 2008, la presencia de la DEA, el FBI, y toda la fuerza de inteligencia estadounidense tienen presencia en el territorio nacional.
No hay cosa más terrible para cualquier persona, que ver amenazada su vida o la de su familia, su salud y su seguridad, mientras las miradas de fijan en conflictos socialmente relevantes, se pierde la perspectiva o la dimensión de otros problemas igual o más impactantes como la carestía, la salud, la educación, y la seguridad pública.
Si a la UAS se le vulnera su autonomía a los bolsillos se les disminuye su ingreso, al estómago su alimento, la enfermedad se prolonga por falta de atención o medicamentos, y la seguridad pública se transforma en inseguridad y miedo; entonces la sociedad vive secuestrada en manos de la desgracia.
Es hora de hacer más y quejarse menos.