Por David Uriarte /

En política la rentabilidad es lo que cuenta, un cuadro puede ser muy reconocido y admirado por la sociedad, pero si a la hora de las elecciones no vende; de poco o nada sirve.

Es cierto que hay políticos experimentados, con trayectoria social reconocida, con buenas intenciones, sin embargo, lo que necesita el próximo gobernador es llegar bien legitimado, nada de empates técnicos o diferencia milimétricas. El próximo gobernador de Sinaloa deberá llegar a la silla del poder político con la mirada en alto y el reconocimiento de la mayoría.

‘Mayoría’ es la palabra clave en cualquier proceso electoral que se precie de ser democrático, y esta mayoría la puede dar el Partido Sinaloense; no se trata de pasiones, rencores, envidias o facturas pendientes, se trata de legitimar la figura del próximo gobernante en Sinaloa.

Sin números alegres, sólo con las tres elecciones previas en Sinaloa, se puede deducir que por lo menos el Partido Sinaloense vale entre doscientos y trescientos mil votos, el que no lo crea, que revise los votos que ha obtenido el PAS en las elecciones previas, así de sencillo.

Al líder del PAS lo pueden acusar de lo que quieran menos de ingenuo, Héctor Melesio Cuén Ojeda sabe lo que trae en manos, sabe lo que vale en votos su partido, por eso, pláticas y pláticas… hoy con el gobernador Quirino, y en días pasados con los líderes de otros partidos.

“Para que alcance tiene que sobrar” reza el refrán, y la única manera de sentarse tranquilo o tranquila en la silla del poder político en Sinaloa, es rebasar con margen amplio a los opositores. Es cierto que MORENA tiene en su nombre la marca del triunfo arrasador previo, pero también es cierto que la unión de las fuerzas colaterales transformados en partidos tradicionales y emergentes, tienen en su manos la oportunidad única de mostrar que significa mayoría “unificada”.

La mayoría dispersa es lo que le conviene al partido en el poder, lo mismo que hizo el PRI en su tiempo, dividir las fuerzas políticas y vulnerar cualquier posibilidad de triunfo por la vía de los votos, es decir, poquito para cada quien y todos se quedan en el camino. El PAS es el comodín que cierra el juego y garantiza el triunfo, sino, al tiempo.