Por David Uriarte /
A las cuatro y media de la tarde de ayer, la explanada del PRI estatal lucía prácticamente vacía… la logística para recibir a los priistas y amigos del recién extinto Fortunato Álvarez Castro, colocaban señalizadores en las sillas de las filas delanteras, al fondo la imagen del homenajeado y su nombre; ese es el PRI de hoy.
El PRI de ayer hubiera retacado el auditorio, la explanada o un campo deportivo por eso de la pandemia y la sana distancia, eran otros tiempos, era la época de la aplanadora, eran los momentos de gloria política del PRI; hoy, las cosas son distintas, muy distintas… Sin embargo, hay méritos y realidades que hay que reconocer en lo que queda de la clase política de este partido.
En el homenaje póstumo en honor al licenciado Fortunato Álvarez Castro realizado ayer en la explanada del Comité Directivo Estatal del PRI, hicieron uso de la voz el legendario Jesús Enrique Hernández Chávez, más conocido como el “Chuquiqui”, la presidenta del PRI Sinaloa, Cinthia Valenzuela Langarica, y el hijo de Fortunato.
La semblanza del homenajeado realmente fue un apretado resumen; su paso por la política da para escribir cientos o miles de páginas.
La improvisación del “Chuquiqui” fue una narrativa de la destacada trayectoria de Fortunato, se refirió principalmente a los años que lo acompañó como secretario particular en el quehacer político administrativo cuando fue Oficial Mayor, Secretario General, y Gobernador provisional.
Fortunato hijo, agradeció las muestras de afecto y cariño que priistas y no priistas han expresado sobre su padre, especialmente se refirió a las palabras que su padre le expresaba en relación a colaboradores y amigos, entre los que destacaba siempre la presencia de Hernández Chávez.
“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, reza el refrán, el PRI, sus partidarios y simpatizantes o aquellos que le sacaron “raja” al ser favorecidos con representaciones o puestos en el gobierno, hoy por lo menos deben sentir agradecimiento hacia este Instituto Político, a la escuela que formó cuadros valiosos, que encontró en sus filas vocaciones de servicio público, dignos representantes de la política priista y su ideología social.