Por David Uriarte /

Si la suerte existe, Quirino Ordaz Coppel es un suertudo. La historia de éxito del mazatleco está llena de sobresaltos que se convierten en triunfos, donde muchos ven riesgos, él ve oportunidades.

Muchos pensaban que hombres y mujeres de altos vuelos y arraigo político en Sinaloa, tenían más posibilidad de llegar a la gubernatura, sin embargo, caras largas y desencajadas aparecieron cuando el Comité Ejecutivo Nacional del PRI lo nombra su candidato para Sinaloa.

Otro capítulo se escribe cuando la sucesión gubernamental está a punto de dar a conocer al candidato del PRI, y los candidatos de los demás partidos políticos -dicen algunos que se quedaron en el camino que les decía lo mismo- “ya ponte a trabajar por mí no hay problema”, a la hora de la decisión y el ‘destape’, aceptó la imposición o presión del PRI nacional a través de los líderes de la cámara de diputados federales y senadores, así salió airoso y se lavó las manos.

También, soporto en silencio las críticas de miembros distinguidos del PRI que lo hicieron responsable de entregar la plaza al apoyar al candidato de MORENA hoy convertido en Gobernador.

El candidato del PRI se confió como ‘niño de pecho’ y regresó a su curul manchado de decepción sin imaginar que meses después pasaría por sus manos la propuesta de Quirino como embajador de México en España.

División y resta es la especialidad reciente del PRI, suma y multiplicación la de MORENA.

En el imaginario colectivo surge la idea lógica de un juego inteligente que pudo jugar el PRI en el caso Quirino y otros más, convertir a todos los priistas que están siendo reclutados por la oficina de recursos humanos de Palacio Nacional en sus aliados.

Buscar una salida o un espacio temporal sin fracturar la relación partidista, de esa manera, darían la imagen de ser un semillero de cuadros valiosos e inteligentes que saben resolver problemas.

De cualquier manera, los reglamentos internos de cualquier partido se pueden modificar como un procedimiento administrativo derivado de la voluntad cupular.

El PRI se pudo convertir en el ‘outsourcing’… en la empresa de subcontratación, externalización​ o tercerización de recursos humanos de alto desempeño.

Habría que ver quiénes son los asesores de la dirigencia nacional que lejos de utilizar estrategias de competencia, venden sus primogenituras por un plato de lentejas.