Por David Uriarte /
La primera lectura del polémico libro “EL REY DEL CA$H”, escrito por Elena Chávez y prologado por Anabel Hernández, es la descripción de dichos y sentimientos de la autora; así lo entiende otra mujer conocida por su valentía en temas de narcotráfico, Anabel, pone al lector en la puerta de entrada a los laberintos húmedos y oscuros de la obra cuyas paredes destilan desamor.
La primera lectura es clara, obedece a los intereses propios de la autora y describe información de primera mano en tanto es coprotagonista de la historia, el choque ideológico o las filias y las fobias entre la que escribe y los que leen, es lo menos que se puede esperar… Sin embargo, hay una segunda lectura, la motivación para dar a conocer información confidencial salida de la intimidad de una relación laboral y afectiva.
Esta dualidad es precisamente el origen de la segunda lectura. Andrés Manuel López Obrador, César Yánez, y Elena Chávez, son los protagonistas de la obra, el reparto suena interesante, nutrido, polémico, y pone a reflexionar a cualquiera que presuma de inteligente.
-Durante 18 años, con sus días y sus noches, Elena Chávez estuvo al lado de César Yáñez en la línea de fuego, en los momentos cruciales de la carrera política de AMLO-, así abre el tercer párrafo Anabel, deja clara evidencia de su empatía con otra mujer, con la autora, retrata el tiempo de vida que Elena le dedicó a su pareja y cómo estuvo 24/7 con él y sus circunstancias.
Anabel se refiere a Roció Beltrán, la primera esposa de AMLO como una mujer traicionada por Beatriz Gutiérrez, una empleada del gobierno que furtivamente y en secreto mantenía una relación sentimental con el hoy Presidente.
La segunda lectura de la obra tiene que ver con emociones y sentimientos de una mujer privilegiada por los datos, información y conocimiento que acopió durante dieciocho años, los relatos se entreveran entre chispas de seriedad histórica y un duelo no resuelto. Es evidente la animadversión o rivalidad de la autora con la actual pareja presidencial Beatriz Gutiérrez, como siempre, el principal enemigo es quien conoce las debilidades y fortalezas de los demás.
De manera intencional, pero con un toque suave, Elena deja vislumbrar la causa de su atrevimiento, al hacer una revelación de sus vivencias al lado de un hombre que la marcó en lo más profundo de su ser: Cesar Yáñez.
Amor convertido en resentimiento.