Por David Uriarte /

La sexualidad se expresa según los expertos de la OMS, en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones.

Algunas personas han confundido la sexualidad con la genitalidad, y el erotismo con coito, pero el componente corporal placentero va más allá de los tradicionalismos derivados de la influencia judeocristiana, el placer sexual se deriva de los órganos de los sentidos incluyendo el pensamiento y la fantasía.

Hay personas que privilegian el sentido de la vista o el olfato, otros el tacto y el oído, otros el sentido del gusto, las fantasías o la memoria… en fin, las expresiones comportamentales de la sexualidad sólo representan problema cuando causan malestar en la pareja.

Existe registro de poco más de 180 formas diferentes de encontrar el máximo placer sexual distinto a la relación heterosexual clásica, una de ellas es la CANDALAGNIA. La Candalagnia es el gusto o placer por ver a la pareja copulando con otra persona, esta expresión pertenece al grupo de los “voyeristas” que son personas que se excitan al ver a otras personas dedicadas al acto sexual de manera subrepticia.

Mientras a unas personas les encantan los mariscos, otras son alérgicas o tienen aversión a ellos, lo mismo pasa en estas expresiones sexuales, mientras son privilegiadas por unos, son repudiadas por otros.

Muchas personas son proclives a ciertos comportamientos que se salen del patrón tradicional de nuestra cultura en el terreno erótico, sus valores, creencias o su religión les impiden su práctica, es decir, reprimen su verdadero ser. Otras personas abusan de su libertad e involucran a su pareja en un juego, fantasía o práctica sexo-erótica que se vuelve patológica o enfermiza al violentar la libertad sexual de la pareja en tanto le genera malestar.

La o el candalágnico necesita negociar su forma de obtener placer sexual, al estar involucrada su pareja sentimental las cosas se pueden salir de control y tomar rumbos catastróficos que terminen en la disolución de la pareja. Diferencia no significa enfermedad, pero hay que tener paladar para saborear los condimentos poco usuales.