Por David Uriarte /
“Si quieres conocer a Andrés, vive con él un mes”, el refrán o dicho popular cae como anillo al dedo para entender los amores y odios que se dan alrededor del régimen político actual.
En diez horas treinta millones de mexicanos construyeron un Presidente de la República, lo que nadie o casi nadie dimensionó, fue el impacto de dicha construcción.
No son seis años de gobierno, es un rompimiento de la inercia gubernamental de los últimos dos siglos, puede ser el principio de cambios cuyo rumbo es una mezcla de capitalismo, socialismo y comunismo, el nombre es lo de menos, el bienestar de los mexicanos es lo más importante.
Hay muchas maneras de hacer las cosas en política, el gobierno puede tomar muchos caminos entre ellos evidentemente dos: o busca que todos los mexicanos aumenten sus ingresos y salgan de la pobreza, o busca que todos los mexicanos dejen de ser 2aspiracionistas” y se conformen con la “honrosa medianía”.
¿Qué es más fácil, crear fuentes de empleo, mejorar la calidad y el acceso a la educación, o repartir dinero inhibiendo la creatividad al promover la ley del menor esfuerzo?
Imaginemos un México donde el promedio de las personas tenga grado escolar de licenciatura, un México donde los empleos estén asegurados; un México donde los servicios de salud incluyan como parte de su garantía suficiencia de infraestructura, equipamiento, medicamentos y personal médico; un México donde la seguridad no sea un discurso o un concurso de lamentos con promesas iguales a los gobiernos del siglo pasado.
Las inconformidades empiezan a subir de temperatura, así se dan los cambios sociales, ya lo decía el presidente López Obrador al referirse a las clases sociales que apoyan su proyecto, el afirmaba: “abajo no hay problema”, y de plano aceptó que el problema está en los que tienen maestrías y doctorado.
Más que filias y fobias, lo que debe haber es crecimiento y desarrollo que se traduzca en bienestar de los mexicanos. El bienestar se reduce a ingresos suficientes derivado de empleos bien remunerados, un sistema educativo y de salud de primer mundo, con esto la inseguridad se abate y la esperanza es verdaderamente retribuida.