Por David Uriarte /

Muchas personas lo ven como broma, inalcanzable, subjetivo, a destiempo, apresurado, imposible, diferible, moda, arreglos, distribución, designación, manipulación, incluso fantasía, el hecho de tener una mujer como gobernadora de Sinaloa.

La proporción de comentarios, columnas, líneas, análisis, noticias, crónicas, o contenidos de tinte político, se refieren principalmente a hombres.

No se puede amar por decreto, pero si se puede administrar por acuerdos políticos, es decir, se puede legislar como ya se ha hecho, para que exista una distribución proporcional de hombres y mujeres en los distintos puestos de la política y la administración pública.

Es evidente que la vocación, la pasión, motivación y emoción, nada tienen que ver con las leyes o los decretos, son atributos y potencialidades personales. Sin embargo, al querer privilegiar oportunidades, igualdades, equidades, paridades, y buscar simetrías en el desarrollo de hombres y mujeres dentro del mundo del servicio público, los procesos experimentan una maduración lenta en una sociedad como la nuestra.

La frase tan repetida del presidente López Obrador cobra vigencia en el tema –”no somos iguales”, los cerebros de las mujeres y los hombres no son iguales tienen marcadas diferencias desde la séptima semana de gestación, el cerebro de los hombres se masculiniza debido a la testosterona fetal y su cuerpo se desfeminiza debido a una hormona antimulleriana… En fin, son una serie de cambios neuropsicológicos que finalmente repercuten en la percepción y acción del hombre y la mujer.

No todo es aprendizaje, las pasiones por el deporte y una serie de actividades y habilidades sociales, se desprenden de un cerebro masculinizado o no masculinizado. Una cosa son los derechos y el respeto a las diferencias, y otra cosa son las habilidades y proclividades propias de los cerebros masculinos y femeninos.

No es casualidad que el servicio de enfermería este proporcionalmente más lleno de mujeres que de hombres, o que los pilotos de fórmula uno y los toreros sean principalmente hombres, la neurociencia puede ser un auxiliar importantísimo en la política y muchas actividades de la vida social.