Por David Uriarte

Las empresas no tienen partido, la política empresarial es totalmente diferente a la política partidista; la política de la empresa es de crecimiento, desarrollo económico y protección al medio ambiente, empresas socialmente responsables, empresas que le apuestan a sacar de la pobreza al país donde se instalan, empresas de clase mundial.

Desde hace tres décadas, la transformación de la industria y comercialización de la carne de ganado vacuno en México tiene nombre y apellido: Jesús Vizcarra Calderón.

Siempre a la vanguardia en el control de los procesos, capacitación continua del factor humano, incentivos al desempeño, optimización de los productos y garantía de satisfacción al consumidor.

El mercado nacional e internacional es la autopista donde compiten precio, servicio y calidad de la industria y el comercio; la empresa de Jesús Vizcarra se ha convertido en la universidad de los negocios de la proteína animal… Referente mundial para la competición y redefiniciones conceptuales de calidad y rendimiento.

SuKarne es una empresa cuyo valor se puede dividir en dos columnas: el valor de los activos como productos, servicios y capital humano; y el valor de una empresa comprometida con la sociedad.

En la primera columna, las revistas de prestigio e influencias en el mundo de la economía, ubican a SuKarne como empresa modelo en el rendimiento y utilidades.

En la segunda columna, SuKarne realiza una serie de actividades filantrópicas que la mayoría de las personas desconocen, para muestra un botón: en el santuario animal de Culiacán donde hay felinos y rumiantes, donde se encuentra el elefante asiático “Big Boy”, Jesús Vizcarra entrega el 80% de la carne necesaria para alimentar a los carnívoros.

Como estas acciones podemos enumerar muchas más que la empresa y su dueño mantienen en silencio y el anonimato.

Los reconocimientos que los gobiernos estatales y federal han hecho a la empresa SuKarne, son el reflejo de su contribución a la economía del país, a la capacidad de generar empleos… Son los números y no las pasiones los que hicieron que en días pasados apareciera otra vez Jesús Vizcarra en los cuernos del éxito empresarial.