Por David Uriarte /

Los conflictos políticos convertidos en sociales tienen un principio y un final, en ese proceso de construcción o incluso desde la etapa pregestacional, los gobernantes tienen información sensible, de primera mano, datos objetivos que orientan el rumbo donde desembocara el problema.

El presidente, los secretarios de estado, los gobernadores, los presidentes municipales, los representantes de los poderes legislativo y judicial, cuentan con la asesoría técnica y política para prever conflictos de todo tipo.

La secretaría de hacienda y de economía cuentan con un grupo de asesores, técnicos, personas especializadas cuya función es observar el desarrollo económico, las tendencias mundiales, las ventanas de oportunidad y las debilidades de México en estas materias, lo mismo sucede en las áreas de seguridad nacional, seguridad pública, salud, educación, en todo lo relativo a la gobernabilidad.

No hay espacio vacío, no hay segmento de la población o de gobierno que esté fuera del radar del gobernante, esta suerte se aplica a los gobiernos estatales, si la dinámica es así, entonces ¿Por qué la percepción de que hacen falta asesores en los gobiernos?

La respuesta es sencilla, asesores si hay, lo que no hay a veces, es la misma visión política, los intereses de un asesor y los intereses de un político pueden ser más que diferentes… contrarios.

Los asesores y asesorados comparten el mismo objetivo, lo que no comparten es la misma suerte o destino; mientras el asesor está inmerso en números y datos, el asesorado está expuesto a escrutinio social y político; al asesor no lo juzga la historia por lo menos no tan cruel como lo hace con el asesorado.

El que escribe un discurso, lo hace en la comodidad de un escritorio, lleno de información estadística local, nacional y mundial; el que lo lee, se expone a las emociones del momento, a las condiciones del aquí y ahora, a un contexto diferente, a unas condiciones políticas y de grupo que no vive el asesor.

¿Qué no tendrá asesores, que no habrá alguien que le diga al Presidente o al Gobernador lo que piensa la gente o lo que necesita la sociedad? Estas interrogantes suenan todos los días, sin embargo, una cosa es ver el árbol y otra distinta es ver el bosque, los gobernantes tienen una óptica más amplia de los conflictos políticos y sociales.

Asesores sí hay y muy capaces, lo que no hay a veces es la articulación de intereses.