Por David Uriarte /
Con una preocupación evidente, el exlíder nacional de la Confederación Mexicana de Ejecutivos de Venta y Mercadotecnia A.C. y expresidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación en Culiacán, el empresario José Miguel Loredo López, afirma que lo peor en México está por venir.
Derivado de la pandemia, la economía se colapsó, los empleos se vinieron a la baja y el poder adquisitivo de la población ha disminuido sustancialmente al grado que empresarios, empleados, y gobierno, se encuentran en una condición que nunca se había visto.
La carga social de los empresarios es alta, hay que pagar nómina, IMSS, INFONAVIT y los impuestos. Ante la interrupción de las cadenas productivas, las empresas han optado por el cierre o la liquidación de gran parte de su personal. Mantener la planta productiva cuando las ventas se desploman y las deudas a proveedores se acumulan, es el sacrificio de la empresa, esto deriva en millones de desempleados en México y miles de empresarios en la quiebra económica y emocional.
Precisamente este es el tema dice Miguel Loredo, muchos empresarios están viendo cómo se derrumba ante sus ojos lo que antes fue un emporio de la industria o el comercio. Empresas que anidaban a miles de trabajadores hoy lucen solas, vacías, o en el mejor de los casos trabajando a un 20 ó 30% de su capacidad productiva.
Entre las deudas por los créditos o los cierres por indicaciones del gobierno al tratarse de giros no esenciales, los empresarios inicialmente pensaron que se trataba de una contingencia sanitaria de uno o dos meses, sin embargo, todo indica que esto será cosa de años… Por eso, la empresa que no se reinvente está condenada al fracaso, arrastrando con ello un desempleo nunca imaginado.
Lo que se deriva de esta realidad dice Loredo, va más allá de lo que puede soportar cualquier empresa por más sólida contable o financieramente. La depresión y la ansiedad están arropando a los dueños de empresas que traen a cuesta deudas económicas y deudas morales o emocionales al tener que despedir a tantos empleados y dejar expuestas a tantas familias en México. El insomnio es lo menos que vive el empresario al saber que no tiene para pagar la nómina al día siguiente, que mañana vence el plazo para pagar al IMSS, y que lo peor está por venir.