Por David Uriarte /
La política es producto de la ecuación perfecta del poder, uno de los principales componentes de la política es la economía, por eso, todas las naciones se miden en función de su economía, en cómo se distribuye la riqueza y cuánto se asigna a rubros específicos como la salud, la educación y la seguridad.
El reparto del poder político se hace desde la cúspide, los partidos políticos de oposición siempre estarán al pendiente de los errores del partido en el poder, en un sistema político donde la democracia es la legitimación de la mayoría en un proceso electoral; donde el respeto a la mayoría siempre es causa de resentimiento social; donde gana el ingenio y la emoción a la razón y la realidad… la oposición luchará por llegar, mantenerse, y neutralizar a sus adversarios.
Al regionalizar el ejercicio democrático del reparto del poder político, los estados y municipios usan el mismo esquema que llevó al poder a su presidente; en los estados, los gobernadores son la figura política principal, gran parte de las decisiones de selección de candidatos, incluyendo su sucesor, son decisiones del Gobernador, sólo rinde cuentas y pide permiso al Presidente de la República y a la presidencia de su partido, de aquí se desprende la medición de fuerzas.
Desde las regidurías hasta las gubernaturas, todos los candidatos deben ser aprobados por el poder supremo, igual que las representaciones sociales en las cámaras de diputados locales, federales y senadores, en estos días de definiciones, los gobernadores, presidentes estatales de partidos y el presidente de la república, tendrán mucho trabajo.
Los líderes nacionales de los partidos de oposición y del partido en el poder, tendrán que seleccionar sus mejores cartas, aquellas que según su criterio representen una garantía de triunfo electoral.
La realidad se verá hasta el día de las elecciones, mientras tanto, se están viendo las manos que operan detrás de las nominaciones, manos de poder político, manos de poder económico, manos de viejos líderes sindicales o sociales… esperemos que no aparezcan las manos del crimen organizado o las manos de los poderes fácticos.
Las nuevas generaciones se están haciendo presente, nietos, hijos, ahijados, primos, sobrinos, amigos y lo de políticos de la vieja guardia, están apareciendo como posibles nuevos administradores del poder político.
Ya se están midiendo fuerzas de aquellos que deciden.