Por David Uriarte /
Cuando el necesitado pide prestado, su esquema de pensamiento a veces no le permite entender por qué le niegan el préstamo, por qué le cobran intereses, por qué le piden ciertos requisitos, por qué le hacen dar tantas vueltas, incluso afirma que si él tuviera dinero ayudaría a los necesitados sin tantas trabas.
Esta es la mejor analogía cuando de poder político se trata, cuando se es oposición, la visión del deber ser es diferente a cuando se es gobierno, aquel o aquellos que siempre se mantuvieron al otro lado de la mesa, cuando se sientan en la silla del poder, cuando son los administradores del dinero de los contribuyentes, piensan igual o muy parecido a los que criticaron, es decir, no es lo mismo prestar que pedir prestado.
Cuando una mujer no ha tenido la experiencia de la maternidad, puede criticar la forma de criar de otras mujeres, puede afirmar que ella lo haría diferente, sin embargo, cuando ejerce la maternidad, entonces se da cuenta que una cosa es ver y criticar el desempeño de los demás y otra cosa es vivir la experiencia de ser madre.
Cuando la oposición convertida en gobierno enfrenta conflictos tan serios como la violencia y la inseguridad pública, epidemias, pandemias, falta de medicamentos, un sistema educativo cuestionado, un nivel de pobreza crónico; un campo desamparado, los padres de Ayotzinapa, una delincuencia organizada desatada, una producción distribución y consumo de fentanilo, una lista de los más buscados por la DEA; solicitudes de extradición, y una cifra de homicidios, desaparecidos, y feminicidios abultada, entonces el nuevo régimen político se da cuenta que no es lo mismo ser borracho que cantinero.
“Sabía que era difícil pero no tanto”, así dicen algunos padres cuando se enfrentan a la realidad del crecimiento y desarrollo de los hijos… seguramente la oposición sabía que era difícil gobernar un país de 130 millones de habitantes, pero nunca imaginó el grado de dificultad o de complicación para mantener contenta y satisfecha a una sociedad que depositó su confianza en un movimiento que se vendió como la “Esperanza de México” y los mexicanos.
No es que exista negligencia o mala voluntad por parte del gobierno actual, la curva de aprendizaje le costará miles de muertos y desaparecidos, inconformidad por gran parte de la población que no ve resueltas sus necesidades y esperanzas.