Por David Uriarte /
Todo en esta vida cumple una función; todo. Los partidos políticos pequeños, emergentes o de nueva creación, cumplen muchas funciones: pueden ser el reducto de los políticos enojados o resentidos por no tener cabida en otro partido o por no haberles cumplido la promesa; pueden ser instrumento que debilite a un partido y fortalezca a otro; puede ser instrumento que le de vigencia y permanencia a un grupo político o gremio sindical… En fin, en un país donde hay diez partidos nacionales, otros tantos locales, y algo similar en vías de formación, retrata de cuerpo entero la debilidad de una democracia participativa y la voracidad por el poder.
Un órgano autónomo que administra los procesos electorales en el México con un costo excesivo; hay quienes afirman que las elecciones en México son las más costosas en el mundo, un presupuesto a los partidos cuya suma se vuelve exorbitante a los ojos de la gente y una miseria a los ojos de sus dueños o partidarios. Siempre el tema de las prerrogativas y la administración de los recursos en los procesos electorales se vuelve un laberinto cuya salida se convierte en escándalo mediático.
Hay partidos que buscan la permanencia en el tiempo, es decir, buscan conservar su tres o cinco por ciento para estar vigentes y gozar de un lugar en las preferencias de las alianzas con otros partidos; hay coaliciones que agrupan hasta cinco partidos minoritarios, en los procesos electorales casi todo se vale, más cuando los votos de un partido pequeño descobijan a otro del mismo tamaño o más grande, hay que recordar que la política termina siendo aritmética pura.
En Sinaloa diez partidos nacionales y uno local hacen mucho ruido, veremos las nueces o resultados el día de las votaciones, todavía hay mucha desinformación ciudadana, muchas personas desconocen a qué distrito local o federal pertenecen, se animan o emocionan con las propuestas de ciertos candidatos y a la hora de las votaciones se dan cuenta que los candidatos de su distrito son otros. Los partidos chicos a veces traen buenas propuestas, llega el momento que la pregunta es obligada ¿De qué partido eres? Los partidos chicos a veces tienen candidatos grandes.