Por David Uriarte /

La vida política está salpicada por diferencias, es prácticamente imposible encontrar un país o nación cuya armonía política sea de tal magnitud que irradie paz y tranquilidad para todas las partes.

México siempre está en la pelea, defendiendo soberanía y dignidad, buscando cooperación, promoviendo su economía, construyendo puentes entre las diferencias para preservar una política exterior donde los mexicanos puedan transitar sin sobresaltos.

La sombra del vecino país del norte, dicho por muchos, el país más poderoso del mundo, proporciona oportunidades de crecimiento económico para México, al mismo tiempo, mete en serios problemas a los gobiernos sin importar el color, la migración es el tema difícil de erradicar, aunque el Presidente Trump ya dio el manotazo en la mesa para frenar migración y tráfico de drogas.

Uno de los principales ingresos de México son las remesas, dinero que envían desde Estados Unidos los paisanos, eso parece entrar en riesgo con las políticas del Presidente Trump, por si fuera poco, ahora endurece las penas para los narcotraficantes, poniendo en marcha una crisis bilateral, es decir, México sufre, pero ellos también.

El gobierno de Estados Unidos no está contento con la migración, sus acciones ponen en aprietos al gobierno de México al convertirlo en un país receptor de miles o millones de migrantes de todo el mundo que ven en nuestro país la puerta de entrada natural por su geografía, este pleito siempre ha existido, con la llegada del Presidente Trump se agudizó.

El otro pleito que está cobrando miles de muertes, es el de las drogas, específicamente el fentanilo, miles de adictos han muerto en Estados Unidos y otros tantos sufren las consecuencias funestas de la adicción, prendiendo los focos rojos de una sociedad que apunta a la decadencia.

El pleito de las drogas cobra su cuota de muerte allá y también aquí, México vive una crisis de seguridad derivada del pleito entre grupos criminales que se disputan el control, el poder y el dinero, como nunca, temas de homicidios dolosos, desapariciones, daños en la propiedad, robo de vehículos, y extorsiones, están subiendo a la sociedad a la plataforma de un pleito ajeno.

Pleitos por todos lados, por si faltara algo, la política partidista está en una actitud primitiva, de alguna manera tienen razón, acariciar por tantos años el deseo del poder para perderlo pronto: no.

El pleito es opción.