David Uriarte /
Algunos cambios se dan de manera súbita y repentina; otros, poco a poco. Esto ocurre en casi todos los ámbitos de la vida. En el terreno de la política y la administración pública, los nuevos regímenes implementan fisuras estructurales por donde se empiezan a verter signos evidentes de un nuevo rumbo de país.
Poco a poco, la libertad de expresión empieza a verse coartada. Algunos gobernadores y gobernadoras demuestran su grado de tolerancia al enfrentar en los tribunales a la disidencia de opinión. Algunos juzgadores ya han emitido sentencias protegiendo a los señalados o aludidos, y fincando responsabilidad a periodistas o influencers por sus dichos, aseveraciones, afirmaciones o descripciones en sus análisis, columnas, portales o redes sociales.
Poco a poco, se deja constancia de la tendencia conductual de la clase política en el poder. Por ejemplo, en el periodo vacacional de verano, todos —o casi todos— los funcionarios o empleados de primer nivel del Poder Ejecutivo, y algunos integrantes del Poder Legislativo, han sido documentados disfrutando sus vacaciones en distintos países de Europa.
Lo primero que llama la atención es la aparente alergia o escozor por el país del primer mundo: el país de las ilusiones, el país que refugia a millones de mexicanos expulsados por el deseo o la necesidad de obtener un ingreso suficiente para mantener a sus familias, ingreso que no lograron conseguir en su país natal. ¿Por qué no viajan a Estados Unidos?
Poco a poco se logra entender la marcada diferencia entre el dicho y el hecho de la clase política en el poder. Si tanto aplauden y promueven los regímenes políticos de gobiernos como Cuba o Venezuela, ¿por qué no se van de vacaciones a esos países?
Poco a poco, la conducta personal dibuja las entrañas del silencio. Grita más la acción que el discurso. En fin, no se trata de críticas, se trata de análisis de los hechos.
Poco a poco están cercando a la presidenta Sheinbaum. El problema no son las personas, es su origen: el origen de los actores políticos que han dado de qué hablar. Todos tienen antecedentes claros en su trayectoria partidaria y política. A veces hacen lo que critican, y a veces critican lo que hacen.
Poco a poco se perfila una transformación cuyo destino se empieza a aclarar con acciones que serán más contundentes con el nuevo Poder Judicial.
Poco a poco.














