Por David Uriarte /

Para nadie es novedad los dispensadores de periódicos en Estados Unidos donde sólo basta abrir la tapa, tomar un ejemplar, y dejar el dinero en su recipiente; o el transporte público en Europa donde hay torniquetes en las estaciones del metro destinados para los pasajeros que olvidaron su cartera o no traen dinero ¿Cuándo veremos eso en México?

La honradez, honorabilidad, respeto, y la toma de decisiones morales, son signos de civilidad… son el mejor retrato de una sociedad evolucionada, una sociedad que busca el bien común asumiendo cada uno su rol y su responsabilidad.

Una ciudad con un corredor automotriz plural, lleno de opciones para todos los segmentos del mercado, es una ciudad progresista, de gente trabajadora, de emprendedores, de industria y comercio que se mantienen en la competitividad.

Una ciudad con varios corredores gastronómicos es una ciudad con una población de trabajadores densa, es una ciudad cuyas distancias no permiten el regreso a casa para comer y luego incorporarse nuevamente al trabajo, también denota un rol donde los padres de familia en su gran mayoría están integrados a la vida laboral, por eso tantos lugares para comer y llevar.

En Culiacán existen alrededor de 400 farmacias registradas en la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Culiacán, y aproximadamente doscientas farmacias más no registradas, es decir, son aproximadamente 600 farmacias que distribuidas en 900 mil habitantes, corresponden a  una farmacia por cada 1500 habitantes, este es un signo doble: por un lado la gran demanda de servicio médico por los enfermos y la oferta de medicinas y consulta médica en algunas farmacias; y por otro lado, refleja las condiciones de los servicios de salud pública en la capital.

Los signos son evidencias de fenómenos que reflejan la vida de una sociedad, la vida económica, la vida laboral, la vida social, y por supuesto el nivel de vida saludable.

El aumento en la venta de ansiolíticos, hipnóticos y tranquilizantes, así como el aumento en las consultas psicológicas y psiquiátricas, son signos de una sociedad ansiosa, que no duerme, que vive desesperada, intranquila, con la incertidumbre de cuál será la próxima noticia impactante.

Los signos sólo son eso, no son juicios ni malas o buenas intenciones, sólo reflejan la cosecha de una siembra generacional, sin duda hay que mejorar la semilla.